Estoy muy confundida con este lugar, no logro entender el concepto del mismo… Si es que tiene uno Aterricé con una amiga de casualidad, abrió hace pocos meses. Entramos, el local estaba bastante oscuro y con poca gente, la musica norteamericana muy de los ’80, las paredes azules y… Nada que ver con nada: unos cuadros de caballos colgados por todos lados. La gran crítica es el baño, tiene puerta corrediza, esa que se pliega de plástico. Que pasas a un antebaño mínimo con un lavatorio y separado por una ‘puerta’ alta revatible, como las que salen en películas de cowboys, la parte donde está el inodoro. El tema es que desde el antebaño se ve todo porque la puertita está muy alta. Deberían poner alguna traba en la puerta de plástico para que no se pueda abrir desde afuera mientras hay gente adentro. Cero privacidad. Nos trajeron la carta, barata la verdad. MUY. No tenía tampoco mucho que ver con la estética del lugar. El mozo súper atento nos explicó que era cada cosa y pedimos. Pedimos un wrap que no decepcionó pero tampoco era algo glorioso, un gran NI digamos y otro plato que era una especie de pan árabe con cosas por encima… No valíà la pena. Lo de arriba era muy suave y el gusto de la masa tapaba por completo el gusto. Como nos quedamos con hambre pedimos unas papas fritas muy ricas que las trajeron con una mayonesa y una salsa picante que picaba mucho. Para acentuar más la falta de concepto del lugar todo servido en platos de madera y cubiertos de asado. Lo que si me resultó bueno fue la cerveza artesanal de Mula. Probé las tres: rubia, roja y negra. a la negra le faltaba frío pero igualmente estaba buena. Además agarramos la promo de que tomas 4 y pagas 3. Espero que con el correr del tiempo el lugar vaya definiendo ideas y reforzando sabores. La cerveza artesanal es algo que siempre gusta y si lo complementas con algo rico para picar y un ambiente acorde es un golazo.