Delicity

El lugar más horrible del mundo. De mi barrio, lo peor. Todo es deprimente. La paleta de la pintura, las mesas y los tapizados me hacen replantearme si vivir tiene sentido. Las dos veces que fui estuve al borde de salir y tirarme debajo del 39. Como
subsiste un lugar que maneja ese nivel de decadencia y depresión? Prefiero batir un instantáneo infame en casa antes que pedir un café ahí. Prefiero pasar por la panadería y la despensa y tostar el pan haciendo fuego con dos piedras antes que pedir un tostado ahí. Qué alguien tenga piedad y les de el tiro de gracia, y que esa esquina tan importante pueda reencarnar en algo digno.
También es posible que este exagerando. Si están por barrio, asómense y vean que les pasa.

Este delicity siempre la clientela, aunque no parezca lleno todo el tiempo, siempre estamos los que estamos. Los que vivimos por la zona sabemos que este delicity siempre ha estado y estará ya que nunca nos decepciona, pueda que los mozos cambien constantemente pero el dueño sigue siendo el mismo y es un amor de persona, más cuando ya te empieza a conocer, siempre de buen humor. No me gusta mucho el café de aquí pero si me gusta sus licuados y exprimidos, son muy buenos. Los pasteles y medialunas del lugar son super buenos, a mi me encantan, de hecho vienen muchas personas solo por sus media lunas. Tienen buen wifi así que es bueno para trabajar porque es calmado a comparación de otras cafeterías, tiene buenas promos y ademas los almuerzos están deliciosos. Siempre prefiero estar adentro, es más cómodo. Se que le falta algo de pintura pero en realidad todo mantiene bien limpio. Le he tomado mucho cariño al local, me salva de muchas :)

¿Cómo que Delicity no fundió? Este lugar es ícono de una década que muchos quieren olvidar, y hoy sólo quedan unos pocos locales. Lo extraño es que están en esquinas muy transitadas de la ciudad, pero aún así pasan desapercibidos: me tomó mucho tiempo darme cuenta que era el mismo Delicity en el que desayunaba con mi mamá después de vacunarme allá por 1998.
Casi siempre veo vacío al local, lo que estado en una esquina transitada es mala publicidad. Aún así, y contra todo pronóstico, decidí entrar. La nostalgia me inundó, así como el olor a café quemado. La carta es bastante triste no por su oferta sino porque la mitad de las cosas no las tienen disponibles, así que fui por el clásico café con medialunas. El café, como auguró mi nariz, estaba quemado. Las medialunas estaban bien, pero no me sacrificaría por ellas.
La atención es mala, porque parece que los mozos no están acostumbrados a atender gente o no tienen ganas, pero los precios me resultaron comparativamente más económicos que otros café de la zona.

Mis amigas y yo repetimos un ritual cada cuatro años: compramos facturas en Delicity y vemos juntas los partidos del Mundial. No sabemos nada de fútbol, no reconocemos al DT de los jugadores pero nos encanta hablar de las pantorrilla del que hizo el gol sin que un hombre se enoje con nosotras por superficiales.
Así es que puedo dar fe que las facturas de Delicity son buenas, a pesar del paso del tiempo. La sensación, sin embargo, es que la marca se quedó una década trás. El local de Coronel Díaz y Paraguay parece apagado, con poca vida y grafittis en sus paredes.
A veces voy a trabajar aprovechando que tiene wifi y pido alguna de sus promociones de media tarde como un bocado tipo cheesecake + café por $ 39 o una porción de torta (esto para los días que estoy feliz porque cobré) + café con leche por $ 44.
Al mediodía hay opciones para almorzar y sin bien aún no las he probado promocionan sus hamburguesas vegetarianas de legumbres y vegetales, arroz integral y espinaca, calabaza y copos de maíz, o avena y vegetales. El local tiene mesitas adentro y afuera.