El Patio

Ubicado en una zona conocida como «el convento», un lugar especial para sentarse a comer y relajar del caos que es el ruido de microcentro y con un poquito de verde que también ayuda. La atención es rápida, lo justo para el tiempo del trabajo y la comida es acorde al precio. Hoy un plato ppal., una bebida y con la propina ronda los $ 100. Muy buen delivery también, te dicen por telfono 30 minutos y tardan 10. Nunca me falló.
Los ñoquis con estofado o el filet con pure de lo más rico que comi por la zona.

Ideal para venir al mediodía si estas en la oficina y queres comer bien, al aire libre y no gastar demasiado. Te traen el plato del día al toque y la porción es abundante. Pagas solo en efectivo, no aceptan tarjetas, pero con bebida incluida no superas los 100 pesos por persona.

¿Viste cuando tenés los mejores recuerdos de un lugar pero cuando volvés a ir y ya no es lo mismo? Me pareció que El Patio no era lo mismo. Llegamos un poco más tarde de la hora pico oficinista y nos preguntaron cuántos éramos para acomodarnos. El lugar ya no estaba lleno, había muchos lugares y nos ubicaron después de unos 10 minutos.
La atención siempre es rápida y ágil, super impersonal. No esperaba otra cosa, así que hasta ahi todo bien. De los platos del día, no había ya casi nada y tampoco había del menú habitual. Ibamos preguntando y nos decía…no, no, no. Finalmente pedí noquis con salsa rosa. Para traer la comida tardaron alrededor de 20,25 minutos. Nunca nos explicaron qué pasó y eso me sorprendió porque en general te traen el plato súper rápido.
Cuando llegaron, no eran nada del otro mundo. Las porciones bajaron y los precios son normales, pero lo pensaría dos veces en volver a un lugar donde tardan taaaanto en darte de comer, que es todo lo que hacen.

El patio del convento es una gran opción en microcentro.
Fuimos el viernes pasado a almorzar, con mis compañeras de posgrado. Dos de nosotras, pedimos menúes del día: pollo al champignon y suprema a la suiza con guarniciones. Otra de las chicas, vegetariana, pidió un plato de pastas. En total, con propina inclusive, gastamos $ 100 cada una.
La atención es la de un lugar llenísimo de gente, no podés pedir demasiado. Tienen paneras y manteca para untar, y no cobran servicio de mesa.
De los lugares para almorzar en esta zona, es uno de los que más elijo.

Tienen un menú de 3 opciones que sale rapidísimo, mucho lugar para grupos grandes y la atención es buena.
La comida no es impresionante, y los lugares de adentro son muy cerrados y ruidodos.
Por otro lado, si comes en la galeria podés salir del cemento del microcentro y relajarte en un lugar verde y tranquilo

No se como describir esta reseña porque el fuerte de comer en el patio no es su comida, que incluye un tradicional menu de mediodia de 3 platos (siempre minutas) que estan recalentadas y aparecen en la mesa en lo que tarde el mozo en buscarlas de la cocina y recalentarlas. Lo lindo de visitarlo es salir de la locura del microcentro y rodearse de vegetacion y tranquilidad, sobre todo si se elige una mesa en la galeria del jardin que esta bien calefaccionada. Es realmente tomarse el tiempo y cortar a almorzar porque te saca de ambiente urbano y te remite a la vegetacion y a otros tiempos pasados.

La primera vez que conocí el Patio, el restaurante dentro del convento, no lo podía creer. Me llevó un grupo de compañeros de trabajo (trabajaba en Florida y Corrientes) y era rarísimo estar en un lugar con tanta paz en pleno microcentro.
Los platos no son los más elaborados, pero para la gente que se acerca al mediodía para almorzar son una opción más que aceptable, también por su buen precio. Pero más allá de esto, el hermoso jardín con vegetación le da un gran plus ya que permite desconectarse de todo.
Ya muy conocido por todos, la cantidad de gente que puede juntarse es grande. pero las mesas se desocupan rápido y esperar en ese ambiente la verdad es que es un placer. Si no tenés paciencia para esperar una mesa afuera, podés buscar un lugar adentro ya que se desocupa más rápido.
Una excelente opción para escaparse de la rutina de todos los días.

Este lugar es increíble. Hace años que voy a almorzar. Más que nada por el ambiente. Es un oasis en medio del microcentro. Está en plena City porteña. Todos lo conocen como «El convento» y su valor agregado es que, al entrar te encontrás con un enorme jardín lleno de flores, pajaritos y árboles rodeado de una galería llena de mesas que invitan a sentarse a comer y disfrutar del sol. Entrar a este lugar te traslada y por una hora sentís que dejaste la ciudad y su bullicio muy lejos.
Hay varios restaurantes pero siempre fui al del fondo que es el más grande. Además de una carta bastante escueta, siempre ofrecen un menú del día con dos o tres opciones.
Lo malo: los platos siempre vienen tibios y hay que pedir que los vuelvan a calentar. En comparación a los precios que se manejan en la zona, resulta barato. Si querés sentarte afuera, andá con paciencia o temprano. Adentro encontrás lugar fácilmente.

Para comentar a los locales que se encuentran dentro del Convento Grande de San Ramón Nonato, más conocido como «el convento», hay un facilismo que es hablar de oasis. Y me van a disculpar por recurrir al facilismo, pero el bello patio interno del convento es justamente eso: un oasis verde en el medio de la locura del microcentro y la city porteña. Ese hermoso patio, perteneciente al convento y astutamente explotado comercialmente, es la ventaja diferencial que mata a cualquier otra que se les ocurra.
Dentro de los locales, el más tradicional es el que toma el nombre del mismo Patio, que se encuentra ‘al fondo’ (es decir, entrando por la calle Reconquista, hay que ir hasta el fondo del pasillo y hacer un giro en L). Como restorán, no es nada especial: una carta estándar para la zona, con un plato del día que con una bebida y café suele ser muy accesible (teniendo en cuenta que es una lugar donde uno se sienta, tiene mantel, una panera y un mozo que atiende), pero como lugar, es único. De septiembre a mayo, imperdible.
Ojo que se suele juntar bastante gente en las horas pico, pero el servicio es siempre bastante rápido. Si por una de esas casualidades no consiguen mesas, hay otras opciones en la galería para sentarse, algunas de mejor calidad, pero también de mayor precio.