Las Violetas

El lugar es un clásico. Todo lo que sirven se ve de calidad, y cuando lo probás lo confirmas.
Los precios son razonables, la atención es buena, el pedido llega rápido y sin errores.
Se puede a ir al lugar y disfrutar de un espacio con un ambiente que inspira historia. Cuentan con una panaderia/​confiteria en la que uno puede solo ir a comprar cualquiera de las cosas que ahí sirven.

Fui un sábado a las 16 y había fila para entrar. El local es muy lindo, los mozos muy atentos y a pesar de que nos tocó uno que no anotaba los pedidos, recordó todo. Lo bueno: todo parecía rico y el personal es muy amable. Lo malo: las mesas están muy pegadas, no tenían brownie ni bandeja de frutas cortadas y el pan de las tostadas etapa lactal común

Clásico porteño indiscutido que se impone a la hora del té en Almagro, que ofrece una variedad de masas, sanguchitos y cosas ricas en cantidades considerables.
Un edificio antiguo y hermoso con techos altos y ventanales bellísimos, donde hasta los mozos son «de los de antes», con mucho oficio, de atención atenta y amable.
Si bien lo clásico son sus opciones de panadería y pastelería, también se puede cenar y está abierto hasta las 12am. Los viernes tienen show en vivo, de un estilo que no es lo que más me gusta, pero para mi sorpresa lleva gente.
Fui hace poco a tomar un café después de cenar, y pedimos un lemon pie, que no me gusto demasiado porque prefiero los tienen el lemon curd más ácido y menos dulzón.
Los cañoncitos de dulce de leche que venían con el café eran un sueño, y recomiendo las facturas que he comprado muchas veces para llevar y son magníficas.

Las Violetas es uno de los lugares con más historia de la ciudad. La confitería se inauguró en el año 1884 y la remodelaron en 1928 con sus famosos vitrales hechos por Antonio Estruch, el mismo que los hizo en el Café Tortoni.
La carta es extensa por lo que se puede visitar el lugar en cualquier momento del día.
Visité el lugar en varias ocasiones y en general el producto varía entre bueno y regular. La atención mejoró bastante con el tiempo ya que son más rápidos y serviciales que hace unos años.
¿Lo mejor?. El lugar, precioso. ¿Lo peor?. El café, que a pesar de que pasan los años lo siguen sirviendo muy feo.

Hermoso lugar! Amo sus vitrales, sus porciones para compartir, y la atención dd sus mozos!
Mi preferido es el Desayuno Americano!

Hermoso lugar, muy cálido. Sirven unas meriendas buenísimas, súper abundantes y con productos de excelente calidad!
He ido también en horas para desayunos y cenas y todo sigue con la misma calidad y abundancia.
El precio es acorde al lugar, los ventanales son admirables.

Viviendo casi a la vuelta, la gente se sorprende de que haya ido solo una vez a Las Violetas.
Con un enorme prestigio, esta confitería logra formar filas en la vereda para entrar a merendar.
Lo mejor que tiene son las bandejas de merienda, un combinado de diferentes panes, facturas, masas. Hay versiones también para el desayuno.
Los mozos muy formales y trabajadores, los pedidos salen muy rápido, algo que tiene sentido ya que a pesar de la fila, el lugar lleno trabaja eficientemente.
El lugar es hermoso, con pintadas y vidrios elegantes e históricos.
A pesar de estar conformado en su mayoría por gente grande, no deja de ser una gran idea ir cada tanto a merendar en uno de los lugares más conocidos de la ciudad.

Historico, la reina de España lo mando a Colon a America a buscarle unas masas finas de Las violetas. Una casa de te de las mas paquetas de Buenos Aires, todos los días esta confitería recibe a miles de señores y señoras que hacen del te, una seremonia de encuentro, bienvenidos…

QUE PAQUETERIA POR DIOS!
después de mucho insistir por fin conocí las violetas por dentro, Histórico en almagro esta cafetería es la mejor en calidad de la zona.
El estilo del edificio, las sillas, los vitrales, las lamparas antiguas, los mostradores, Todo se encuentra en una armonía perfecta que te hace que esta experiencia de tomar el te o merendar sea tan coqueta. Esta armonía solo se encuentra rompe por un plasma que cuelga de una de las paredes para los muchachos que se juntan a ver los partidos.
Respecto a la relación precio calidad es bastante buena, si bien algunas cosas salen medias caras lo valen porque son riquísimas (como el cheesecake de frambuesa). Lo mas recomendable, si van en grupo, pidan las meriendas o maria cala o victoriana, porque son super abudantes y rinden para cuatro personas muy tranquilamente.
También tiene unos brunch para una persona a muy buen precio y todo muy fresco.
Baje una estrella porque la atención en general de los mozos no es muy buena, tardan y aveces refunfuñan.
Tomen en cuenta que los sábados por la tarde y domingos son los mas concurridos y que también esos días algunas cosas sufren un aumento de precio, leve pero sube.

A quien se le mencione el nombre «Las Violetas» sabe inmediatamente que uno esta hablando de uno de los Cafes mas importantes y bonitos de Buenos Aires. A modo de ejemplo les cuento que vivo a pocos metros de este maravilloso lugar y siempre que subo a un taxi, utilizo «Las Violetas» como punto de referencia que hasta el mas novato tachero conoce.
Pero debo reconocer que las meriendas, por lo que es mas conocido este lugar, no son las que me atrapan una y otra vez para volver a sumergirme entre sus decoraciones. En realidad son los almuerzos mi debilidad.
Envuelto en una maravilloza admosfera uno puede comer unas maravillosas pastas acompañado por un porron de sidra a un precio extremadamente razonable.
Porque en Las Violetas uno encuentra no solo calidad en los productos sino tambein siempre una atencion amable del personal que te hacen querer volver.

Fuimos un sábado a la tarde con una amiga, para Chusmear, obvio, mi mama va seguido con las amigas y se piden al merienda Las Violetas que es demasiado para dos personas… hay reseñas que hacen referencia a estas meriendas moustrosas.
Nosotras nos pedimos dos desayunos uno americano (café con leche, jugo, tostadas, manteca, mermelada, medialunas, omelette con queso y jamón y una ensalada de frutas hecha en el momento $ 110) y uno brasilero (café con leche, tostadas, rollitos de jamón y queso, plato de frutas hecho en el momento. $ 115)
La atención es muy buena, el mozo es un señor que se nota que de oficio es mozo hace años, te das vuelta y esta, pero no moleta para nada, le pedimos y nos avisó que todo lo que tenga fruta iba a tardar porque solo una persona se ocupaba de eso, a nosotras no nos importó porque no había apuro alguno.
Los combos estaban riquísimos los dos, la fruta fresca, las tostadas ricas, el omellette súper rico… y no sé si se dan maña, pero hay lugares que hacen como un panqueque y le meten el jamón el queso dentro y después cierran el panqueque de huevo… bueno este omelette no era así, era como te lo hacen en los hoteles, que mezclan todo y lo llevan como hacia un borde de la sartén…no sé si se entendió mi explicación, pero hacerlo así es mucho mejor que hacer el panqueque de huevo…
El lugar se llena, no deja de entrar gente, nos quedamos desde las 17hs, a las 22hs y siempre entro gente y salieron meriendas hasta esas horas de la noche…
Es muy recomendable el lugar, además de la comida, la atención, es un lugar emblemático de buenos aires, tiene unos vitreax y unas columnas de mármol con molduras doradas que son espectaculares… el lugar es muy lindo…
Antes de irme me lleve unos sándwiches de miga súper ricos y rellenos… no escatiman en fiambre (por suerte) cada uno estaba a partir de los $ 20.
Si están por caballito, no dejen de tomarse un cafecito en Las Violetas… miren alrededor… me encantan los lugares que hace años que están ahí y si te pones a pensar, eso está desde hace años y es testigo de mil historias… me parece alusinante…

Clásico de clásicos. Emblema de Almagro. Reina de desayunos y meriendas.
Las Violetas está siempre bien, por eso siempre tiene gente ocupando sus mesas.
Pero que es Las Violetas? Un lugar dónde se juntan a conmemorar el éxito de la canción que llevó a Alcides a la fama?
No. Las Violetas es una confitería /​restaurant, ubicada en la intersección de Av. Rivadavia y Medrano. Un local enorme, clásico, y bien cuidado, resalta por las demás cosas de esa esquina de Almagro.
Tienen un menú variado, pero se conoce por tener unos desayunos /​meriendas super potentes, con mix de cosas como tostadas, jugos, frutas, masas, facturas, etc.
También tienen unas tablas de fiambres muy interesantes.
Lo que hay que tener siempre en cuenta es que en las Violetas, todo lo que te sirven, no solo es MUY rico, si no que también es SUPER ABUNDANTE.
El local también tiene en un costado, como separado, su sector de confitería. Lleno de exibidores con masas finas, secas, bombones y su clásico pan dulce; podés pasear y mirar antes de elegir que vas a llevar.
Si estás buscando un lugar para desayunar o merendar como dios manda, las Violetas es el clásico que entiende que busca la gente, desde 1884.

Excelente la atención fui para tomar el té solo para una persona y pusieron para 4 lo que sobra te lo puedes llevar, vale la pena esperar si está todo ocupado, un lugar emblemático de Buenos Aires, muy cuidado visita obligada para ver la Buenos Aires paqueta!

Es hora de innovar un poco. Si bien fue por el té de la tarde y quedamos regios con la bandeja y el servicio, no puedo dejar de pensar que hacia demasiado calor y no atinaron a prender el aire pese a estar llenos.
La calidad es consistente. Es buena no es gourmet pero se la banca para tanta gente. Lo único que objeto es que viene para 3 y no para 6 como estabamos nosotros; de modo que tuvimos que pedir 3 jugos mas para complementar y ni siquiera era el mismo jugo?
Lo mismo con la copa de vino espumante… la tuve que pedir y pedir tres mas. Muchas veces ni la sirve, por que la gente se olvida… yo no y bue…
La atención es rápida dentro de todo y está bien. me gusta ir por sus facturas y que sea rico para compartir.
Lo que mas me gusta es la variedad de personas que van. De todas edades y de las mas variadas.
Algo a rescatar de los baños del primero nivel es que estaban impecables pese a que estaba lleno. una pavada que suma mucho.

Merendar nas Violetas a pedida é uma Maria Calas…
Almoço ou jantar eu recomendo em carnes: lomo bariloche ou a la pimienta…
Massas recomendo noquis aos 4 queijos. .
Todos os garçons atendem muito bem
Mais quem mais seguido atende o Jeff e seus amigos é o Charly quem já sabe minhas preferências. .e isso é impagável.
Lindíssima confitería desde 1884.
Lugar privilegiado nos passeios.
IMPERDIVEL.
Abraços
Jeff
#guiajeff #argentina #vip #passeiosvip #dicasbuenosaires
#viajarfazbem

Lo primero es lo primero: los precios son más bien elevados. ¿Lo valen? Por supuesto.
Las Violetas es una muy buena opción para ir en grupos grandes, dado que si piden un par de bandejas tienen la posibilidad de probar un poquito de todo — dulce y salado-​, y sin gastar tanto.
La espera es inmensa, pero si ya tienen un grupo seguro armado, con un poquito de persistencia y puntualidad, un par de días antes insistan y les terminan armando una reserva.

QUÉ ELEGANCIA, DOÑA.
Las Violetas es un lugar único y una de las confiterías más famosas de Buenos Aires, ya sea por la calidad de sus productos como por su belleza arquitectónica. Bueno, por algo este clásico del barrio de Almagro fue decretado como patrimonio histórico, ya que no solo es un emblema por lo que representa el local en sí, sino por lo exquisito de su edificio que está ubicado en la ya famosa esquina de Rivadavia y Medrano.
Podrán decir que es una confitería para señoras paquetas o que para la hora del té hay que esperar –y bocha-​, pero ir a un lugar así me resulta más entretenido que pasar por el boliche que se encuentre de moda. El lugar es realmente alucinante, un paraíso de cosas dulces y deliciosas. Desde lo que fuese que imaginen a nivel pastelería, sus famosos sándwiches de miga o hasta una interesante carta de tragos si es que van entrada la noche.
Es de esos típicos lugares en donde sea lo que sea que pidas todo va a estar bueno. Otro gran punto a favor de Las Violetas son sus precios, los cuales no son para nada caros y resultan súper acordes a los productos que ofrecen y la calidad del servicio. También es un clásico para ir y comprar para llevar. En fin, un lugar único en la ciudad que merece ser visitado, ya sea por las delicias que ofrecen, como por la belleza de la confitería en sí.

Si pedís el Té Maria Calas no lo podés terminar !!!
Es para 5 personas y sobra …

No la dejes ir, no la dejes ir, porqueee te lo digo yo, quien es LAS VIOLETAS! y te roba el corazón!
En la esquina de Medrano y Avenida Rivadavia se encuentra el templo de las meriendas y buen gusto. Todo, a partir del momento que entras, está bien. Nada fuera de lugar, la decoración, los vitraux, el mármol, la barra, las mesas, los manteles.
Tiene un salón muy grande que tiene entrada por Medrano en la que es común ver colas y colas de señoras vestidas impecables para tomar el te con sus amigas, turistas ávidos de conocer un lugar coqueto e histórico, los vecinos del barrio que cada tanto hacemos el parate de «me tomo un te MARIA CALA». Tengo la suerte de vivir a 5 cuadras, por lo tanto, soy asidua, aunque no tanto como quisiera.
También hay una entrada sobre Av Rivadavia donde tienen la venta al público, ahi tenes desde tortas, desayunos armados en cajas super decoradas y con el personaje/​temática que quieras, los SANDWICHES DE MIGA (por Dios, son un capítulo aparte de lo grandes, rellenos, espectaculares, esponjosos y gloriosos que son). Los precios son bastante elevados, pero si queres calidad, ahi la tenes, llevá con los ojos cerrados.
Volviendo al comer en el lugar, las veces que fui confieso que fue por la bandeja Maria Cala, la cual trae TODO lo que te imagines de dulce y salado, sandwiches de miga, tostados, fosforitos, budin, pan dulce (que hacen todo el año), variedad de tortas, masitas finas, etc etc. La bandeja es una locura y se puede compartir hasta 4 personas tranquilamente. Trae una infusión incluida y jugo. Si por esas casualidad de la vida te llenaste tanto que ya no podes con tu vida y decidis dejar algo, pedite que te lo envuelvan, serás feliz al otro dia cuando quieras desayunar o cuando te pinte ganas de algo dulce.
Un par de veces fui a desayunar el tipico café con leche con medialunas y la verdad que no podia esperar otra cosa de ellas, son buenisimas! Los mozos sea la hora que sea están muy bien dispuestos, claramente son de la vieja guardia y explican todo.
Las Violetas es de esos lugares que no pasan desapercibidos, y aunque vivas en el barrio o no, una vez tenes que entrar para vivir la experiencia.

Los fin de semana a partir de las 17 se llena, y hay cola de media cuadra mínimo para poder entrar.
Fuimos a probar las meriendas por su fama de abundantes. Sí, lo son. Si pedís la merienda María Cala ($ 260) pueden comer entre 3 y 4 personas. En nuestro caso compartimos entre 2, pero pudimos llevar todo lo que quedó intacto en el plato.
Trae día infusiones calientes (chocolate, té, café con leche) y una bandeja dulce y salada. Sándwiches de miga y tostados, porciones de tortas, arrollados y masitas. Tostadas para untar con dulce de leche y manteca.
Creo que es un lugar para conocer, pero no para volver. Nada de lo que probé me pareció exquisito ni me dio ganas de pedir más. Es una mezcla variada para todos los gustos.
Aceptan tarjeta de crédito y débito.

«Vos quedás re bien por esta zona porque te encanta salir a tomar el té como señora mayor», me dijeron alguna vez y no está tan mal. Amo salir a tomar el té emperijoyada por eso adoré conocer un clásico como Las Violetas.
En cuanto a la comida, que es lo más importante siempre, la primera vez que fui probé las medialunas –exquisitas– y un cheesecake –no me gustó-​, pero de la carta lo que más me tentó fue la bandeja María Cala, así que junté un grupo grande y volvimos solamente para pedir eso. Fuimos seis, pedimos dos (más infusiones porque solamente trae para uno que puede ser te, café o chocolate) y sobró como para entretener durante una mañana a la oficina de uno de los comensales que se llevó la doggy bag. María Cala tiene de todo y todo es exquisito: sanguches de miga, tostados, fosfositos, diferentes tipos de tortas, tostadas con manteca y mermelada, budines, pan dulce, scones y masas. ¿Lo que más me gustó? El budín, la torta tipo mousse de chocolate. La recomiendo mucho.
Los precios son elevados, pero valen la pena teniendo en cuenta que se está viviendo una experiencia que trasciende un cafecito de todos los días.
Algo a tener en cuenta es que está lleno todo el tiempo, fui lunes y martes y casi no había mesas disponibles así que creo a los que dicen que los fines de semana hay colas para poder ingresar.
Me llamó la atención que había algunos detalles importantes descuidados, como tazas cachadas o mesas que las patas se movían, generaban situaciones incómodas y el baño de mujer no estaba completamente limpio.

Esos azares del amor me llevan desde La Plata hasta el barrio de Almagro de vez en cuando. En una de esas vueltas decidí desayunar en Las Violetas. Habíamos intentado ir merendar antes, pero siempre hay cola.
El lugar es hermoso, de esos a los que hay que ir sí o sí a conocer.
El desayuno americano que pedí estaba riquísimo y era muy abundante. Me encanta comer y no lo terminé. Premio especial para el omelette de jamón y queso con el que aún sueño.
No me pareció caro.
En cualquier momento volveré a merendar.

Buenos sánguches de miga. Por lo demás, la esquina de las violetas es un lugar donde ver pasar la vida. Ahí se juntan las señoras grandes que van de tertulia, y si bien es simpático y te salva si estás a gamba y cerca con ganas de merendar, existen mil lugares más recomendables que este.
Estacionar cerca es un lío porque la zona es muy comercial. Es un clásico, si, pero no es un lugar que desarrollaría adeptos (salvo las señoras). Es considerado histórico y se llena (algunos turistas y curiosos one hit wonders), es barato, pero no ofrece nada destacable.

Histórica confitería. Atención excelente
La mejor merienda de todas, la victoriana
Los mejores sándwiches de miga
Se puede comprar en la confitería para llevar

Excelente y tradicional confitería porteña. Recomiendo la bandeja «María Cala», que incluye 5 porciones de torta, masas finas, tostados, sandwiches, tostadas y té para una persona (tetera de medio litro). Cuesta $ 250 y comen 4 personas.

Histórico lugar de la ciudad. Un lugar clásico donde siempre hay mucha gente, en general, señoras tomando el te.
La confitería es grande, tiene un gran salón en donde además de tomar el té se puede comer y la parte en donde compras para llevar.
Los productos son buenos. He ido a almorzar y fue correcto y esta vez fui a comprar masas. La verdad es que las masas no son nada del otro mundo. De hecho, son bastante promedio. La chica que me atendió no tenía idea así que compre casi sin saber que llevaba. Además, compre un arrollado de dulce de leche que estaba mejor.
Tienen mucha variedad y las comidas en el lugar son súper abundantes. Los precios son promedio. No es un lugar barato, pero tampoco son precios altísimos.
El edificio es muy lindo.

Nueva contraseña de WiFi: medrano1
Es como un pedacito de una Buenos Aires que ya no existe. la decoración, y sobretodo la arquitectura, te llevan a otra época ni bien entrás. Usualmente está plagado de turistas que vienen a conocer un clásico porteño, y si te gusta, muchos se ponen a charlar con vos. El café es glorioso, nada que ver con el que te sirven en las cadenas. Pedirlo con medialunas es transportarte a un lugar mágico. El lado malo de acá es que los mozos tienen el «modo despacho» on, y ni bien terminás de consumir te quieren rajar. Hay mucha gente esperando mesa, así que tratan de que pagues lo más rápido posible. Una pena.

No sé si será porque AMO la arquitectura o porque la comida fue riquísima, pero este lugar se convirtió en uno de mis favoritos en la ciudad.
Como dije antes, arquitectónicamente es PRECIOSO, desde vitrales hasta lámparas antiguas, todo resulta mágico.
La comida no se queda atrás, los desayunos/​brunchs de Las Violetas son un clásico de todos los tiempos, yo admito que no pude probar demasiado porque tengo un By Pass gástrico hecho y definitivamente no es el lugar para comer poquito jajaja, pero todo lo que consumí estaba delicioso, incluído el café, infusión en la que al ser Maestra de Café juzgo de manera implacable.
Depende el día que vayas puede que tengas que esperar un poco, pero vale totalmente la pena.
Los precios son más que razonables teniendo en cuenta la cantidad de comida y se puede pagar con tarjetas.
El Wi-​Fi es gratis pero un poco lento, no sé si lo eligiría para trabajar pese a lo hermoso que es, pero siempre podés quedarte contemplando la belleza, bajar el celular un rato y disfrutar de un lugar mágico.

En una esquina de Almagro se encuentra esta confitería histórica llamada Las Violetas.
Desde que uno llega sabe que va a poder probar muchas cosas riquísimas porque esta lleno y hay cola los fines de semana. Cuando yo fui, aproximadamente espere 30 mins. pero valió la pena la espera. (ademas, mientras esperaban pasaron con unos bombones para probar que eran riquisimos!)
Nosotros pedimos una merienda llamada Cala que es para compartir y literalmente trae de TODO (viene con una bebida, un jugo, 3 o 4 tortas, tostados, sandwich de miga, masas finas, budines, chips, pan, mermelada, manteca, dulce de leche, y mas). El precio es caro, pero por todo lo que trae es una buena relación precio/​calidad/​cantidad.
Puedo decir tranquilamente que es IMPOSIBLE terminar todo lo que trae la bandeja entre 2 personas, son muchas cosas y aunque soy de comer muchísimo y me tienta tener tantas cosas ricas en la mesa, nos habrá sobrado la mitad de todo lo que trajeron. lógicamente, te lo preparan para que te lo lleves después a tu casa y sigas comiendo mas! Lo unico malo de la Cala es que uno no puede elegir los sabores de lo que traen, sino que es variado, y te traen tortas al azar.
Ademas de esto, tenes la posibilidad de comprar para llevar, tienen facturas, tortas, bomboneria, sándwich. AH y también tienen servicio de catering para algún evento que estés planeando hacer.