L’Orangerie

El mejor desayuno del mundo. Todo es perfecto. Todo. Para que contar más. Ojala hubiese podido ponerle 6 estrellas. Es mágico.

I awoke in my crisp soft sheets in my room at the grand hotel Palace Alvear, wandered down to breakfast, and somehow travelled back to a more elegant time, perhaps the 1920’s in Paris? That anyway, is the feel of breakfast in the spectacular restaurant L’Orangerie within the equally spectacular hotel Alvear.
We were seated in the greenhouse itself, at a large table covered with crisp linens and set with custom bone china and silver trays. The waiters wore white gloves as they brought us freshly squeezed orange juice, pots of brewed tea, coffee, and steamed milk. Boyfriend absolutely raved about the orange juice for days afterwards. And he doesn’t ever compliment anything! It really did taste like it had been squeezed from truly ripe, fresh oranges no more than twenty minutes before.
We were treated to an array of amazing breakfast fare at the large buffet. I discovered a new delicacy: Passion Fruit crème– where the pulp of the passion fruit is blended with cream and served in little cocktail glasses. Yes please!
For breakfast there were fluffy eggs, thick-​sliced bacon, sausage, smoked salmon, cereals, muesli from Switzerland, a smörgåsbord of fresh fruits, pastries, fresh bread, jars of dulce de leche, and of course: Chocolate Cake.
This must be what heaven is like– Best Breakfast Ever!

Tomar el te en L’orangerie, siempre es una experiencia para consentir los sentidos. La atención es única y el lugar esta siempre perfecto, es de esos sitios que no dejan nada librado al azar y nada falla.
Ya he ido un par de veces y siempre disfruto de todos esos divinos Petits Gâteaux, los sandwichitos y los scones, que la verdad son los más ricos que he comido. El te que sirven es de Tealosophy, un placer. A mi gusto debería haber mas opciones de salado, y más opciones de te, porque conozco la marca y se que tienen muchas más variedades, de cualquier manera no esta mal.
Relación precio/​calidad esta perfecto, si bien, no es barato, la comida es abundante, variada y deliciosa. Vale la pena repetir!

Lujoso, ideal para una ocasión especial. No hay más que agregar en cuanto al ambiente.
Te ofrecen una merienda bien completa ideal para dos, en dónde tenes una variedad optima de cosas dulces y saladas, todo exquisito y abundante. Podes elegir la bebida que queres, la cual te la sirven sin limites.
Al final, te ofrecen una mini torta de entre 5 opciones diferentes. Tuve la oportunidad de probar dos, una de chocolate y otra que tenía café, y las dos eran riquisimas!
Te vas realmente satisfecho y feliz.

Sublime experiencia, ya he ido dos veces y seguire llendo.
Lo recomendable el te completo, que termina con una copa de espumante rosado.
El lugar es hermoso, tanto el jardin de invierno como la sala ubicada del lado izquierdo. Tiene una variedad de tes increibles. Una experiencia que hay que tener sin dudarlo.

Es definitivamente el lugar perfecto para llevar a esa tía paqueta a tomar el té, o por qué no para ganarse a la suegra. Si pensaban que el Alvear no podía ser más top, es porque nunca entraron a tomar el té a L’Orangerie.
Fui una tarde invitada por una amiga de mi suegra, llegamos temprano y nos pusimos a recorrer un poco el lobby del hotel, que no conocía. Personalmente no me gusta ese tipo de lujo de la Recoleta, esos aires parisinos de la vieja Buenos Aires me traen como una especie de melancolía medio cortazariana, pero no puedo negar que el Hotel Alvear es impresionante por donde lo miren. Las alfombras, los sillones, las vitrinas que promocionan objetos invaluables… todo es un poco abrumador.
Cuando finalmente pasamos al salón de té me sentí gratamente sorprendida, el ambiente es más inglés que parisino, con ese jardín de invierno tan florido y mucha mucha luz natural. Por supuesto que la mesa estaba armada con todo el protocolo y ceremonial del mundo, con una vajilla de lo más delicada pero muy bonita y colorida.
La mesera usaba guantes blancos para servirte (otro detalle del nivel del lugar), y por supuesto que además de la bebida caliente había agua o champagne, que te servían constantemente cuando veían que se te vaciaba la copa.
Como era un festejo de cumpleaños pedimos el Té Alvear, que trae varias cosas ricas repartidas en tres pasos.
Cuando llegamos nos dieron unos scons calentitos con mermeladas, buenísimos. Luego vinieron las delicatessen: unos sanguchitos de un pan más dulzón tipo brioche con salmón y con pavita, y otros de miga con rúcula, tomate y otras yerbas, todo muy fresco y rico. Lo dulce incluían unas delicadas porcioncitas de torta de mousse de chocolate, otra con manzanas y otra de frutas secas, y una mini copita con frutos rojos y una crema como de limón. Y finalmente, después de todo eso, te daban a elegir una porción de torta de un glorioso carrito sobre el cual me habría abalanzado de no ser porque estaba donde estaba. Para bajarlo todo, yo pedí el blend de la casa, que si les gusta el té se los recomiendo, es aromático pero suave, muy rico.
No es mi lugar en el mundo pero fue una linda experiencia, el ambiente es muy agradable y la verdad que la comida era muy rica. Por supuesto es carísimo, y particularmente no considero que valga la pena, aunque la mercadería sea de primera creo que te cobran más por el lugar que por lo que consumas, pero para quien quiera darse un gustito (o no le molesten los precios) y le agrade sumergirse en el afrancesado Buenos Aires, tiene aquí el sitio perfecto.

L’Orangerie es realmente un lugar espectacular. Si buscás una experiencia de las más lujosas, hay que ir a tomar el té en el lindo jardín de invierno que se encuentra en el famoso Hotel Alvear. Tengo conocidos que se han quedado en hotel y todos dicen que es una experiencia total. Yo les puedo decir que el té también es una experiencia!
Cuando recién llegué a Buenos Aires hice una lista de las cosas que sí o sí tenía que hacer. Tomar el té en el Alvear estaba en esa lista. Leí todo sobre la historia del hotel y que ahora van grupos de mujeres grandes y elegantes para juntarse y tomar el té acá. Por suerte una amiga cercana mía tenía un cumpleaños y la invité a compartir la experiencia.
Hicimos la reserva y elegimos un día de semana. No tuvimos problemas y se ve que no se llena. Decidimos por el té completo que viene con una tetera. Pedimos otra tetera para no tener que compartir y para poder probar dos sabores. Primero vienen con unos scones increíbles con mermelada y cuajada de limón. No son esos scones duros sino los que son al estilo inglés. El próximo plato tenía varios sandwichitos y masitas ricas. Por último, no mostraron el carrito con tortas y nos dejaron elegir una para compartir. Además de eso, como les había comentado que era el cumpleaños de mi amiga le llevaron una mini torta de chocolate en una caja para poder llevar a casa. Muy simpático!
Sin duda ir al L’Orangerie es una experiencia imperdible para todos los amantes de los dulces y la arquitectura.