Lúcuma

Bueno. Ceviche esta escrito con B larga en la pizarra. Debe ser de buenísimo. Gigantes los platos. Los chicos de la mesa de al lado compartieron uno entre dos. Nosotros no, porque era el cumpleaños de Thomas y había que romperla. Y así fue, comimos de entrada un principal. Arroz con mariscos, tan bien, tan a punto, tan fresco. Pedimos unos piscos. Mientras lo tomábamos nos ofrecieron uno de cortesía. Valía avisar antes. Igual que íbamos a hacer, nos tuvimos que tomar los dos. El mejor pisco que tome, incluso mejor que en los bares berretones de Lima donde los probé por primera vez. Tomamos vino blanco. Comimos ceviche de camarones… El cielo existe, y esta lleno de camarones. Caminos ceviche luccuma, viva el que condimenta, el que macera, el que escribe cebiche, así con b de buenísimo. Postre también, porque nos gusta tanto tanto comer. Manjar blanco, un manjar posta, riquísimo, grande, interminable.
Solo la decoración es una pifiada. Super pifiada, la televisión prendida con fútbol restaba. Pero bien, pero rico, manjar cebiche del bbbueno bueno.

El salon es simple, pocas mesas (reserva!) y prolijo. La atención es super cálida y atenta. La comida es una locura! Recomiendo las papas a la huancaina, la jalea de mar nada aceitosa, el ceviche es delicioso y la chicha no se queda atrás. Me encanta!

Lúcuma es una apuesta a lo seguro, no defrauda nunca. A pesar de su humilde fachada y su escueto interior (si queremos escenografía vayamos a Sipán u Olaya) Lúcuma nos ofrece un festival para el paladar, a través de sus platos y tragos. Quisiera destacar que hice una reserva para tres un viernes por la noche, me aclararon que eran hasta las 21:00, pero iban a tratar de guardarme una mesa, y cuando íbamos en camino, tipo 22:00, me llamaron para avisar que tenían una mesa lista esperándonos.
En lo que respecta a lo importante, la comida, la moza nos recomendó papas a la huancaína como entrada y luego un cebiche de lenguado y un mix de mariscos como platos principales para compartir. Las papas estaban muy buenas, la salsa estaba exquisita, el cebiche fresco, hecho en el momento, con un vasito de leche de toro para agregarle según el gusto de cada uno. De postre pedimos caramelo de quinoa, manzanas torneadas y helado de lúcuma, una combinación deliciosa, sobre todo la textura de la quinoa, y la novedad del gusto (para mí) de la lúcuma, levemente parecido a la vainilla.
El servicio es muy cordial, siempre atento a todos los detalles, el lugar es muy pequeño, y se llena rápido, gastamos $ 250 por persona, me parece un precio/​calidad muy conveniente. Recomiendo a todos aquellos que quieran disfrutar un festín de comida peruana, sin tener que dejar un riñón para pagar la cuenta.

Excelente lugar. La atención 10 puntos. Los platos son abundantes. El lugar es chico por lo q no son muchas mesas así q es importante reservar y estar antes de las 21.30 hs.

Leyendo varias reseñas creo que a muchos nos paso lo mismo al salir a caminar y encontrarnos con este lugar. Para mi uno de los mejor en comida peruana. Probé varios ceviches pero el de aca es muy bueno, un mero a lo macho riquisimo y unos postres deliciosos. En su momento cuando fuimos los precios eran muy buenos, pero hoy estan un poco picantes como el rocoto jajajajaja es mi unica critica. Es un lugar re familiar

El lugar es minúsculo pero por demás acojedor. La atención es muy cálida y lo mejor es cuando llega tu plato a la mesa… Excelente calidad de productos. Todo súper fresco, vital si se trata de pescados. La carta es muy variada y la fusión entre los gustos peruanos y porteños se ven a la perfección.
Recomiendo mucho el ceviche de salmón. Los platos son abundantes, así que quizás la entrada puede estar de más.
Son tantas las cosas ricas para probar que volvería varias veces más. El precio está acorde.

En un cumpleaños nos pasaron el dato de este restaurante. Estaremos eternamente agradecidos.
Tras una fachada que no dice demasiado, se encuentra uno de los mejores lugares de comida peruana por su relación calidad-​precio.
Los platos tardan en salir, pero la espera vale la pena. Además, el servicio es muy amable.
Recomendaciones: Pidan la chicha morada y alguno de los ceviches. No se van a arrepentir. Eso sí, no esperen que les den una factura, ni aunque la pidan. Sencillamente no tienen.
Sólo efectivo.

A Lúcuma venimos con mi novia cuando nos da nostalgia de nuestro viaje a Perú. Acá el ceviche mixto con mariscos es de lo mejor. También hacen chicha morada en jarra para compartir, que vale la pena.
Una vez pedí pisco sour pero lo hacen demasiado heterodoxo para mi gusto: copa de martini, ingredientes que no están en la receta standar.
A veces el servicio es un poco lento, pero extremadamente amable. Creo que Lúcuma es el mejor restaurante peruano de Almagro.

Llegamos a este restaurant peruano un poco por accidente: estábamos recién mudados al barrio y salimos a caminar en busca de algún lugar para comer que no fuera pizza o empanadas.
Si bien Almagro es conocido por estar lleno de restaurantes de comida peruana, Lúcuma se distingue por su fachada poco llamativa, parece más bien una casa adaptada para ser restaurante, y por su calidez.
Está atendido por una familia que va desde el chef hasta las camareras que atienden las mesas, que son pocas y se llenan muy rápido. Hay que llegar antes de las 20.30 y aún así puede que a veces no haya lugar si no van con reserva.
Si van no pueden dejar de pedir la jarra de chicha morada, que es deliciosa, y el ceviche mixto, con el que tranquilamente comen dos si antes piden una entrada (tienen unos langostinos empanados que son increíbles). El pisco que sirven también es muy rico y, curiosamente, lo sirven en copa de martini, pero es más bien livianito.
Otro dato para los más vagos (y que no está muy difundido) es que tienen delivery. Si quieren pedir, como no tienen página de momento, llamen y pregunten si llegn a la zona en la que viven, ¡realmente lo vale! Eso sí, aceptan sólo efectivo.