Cada vez que paso por la vidriera me dan ganas de entrar a abrazar a alguno de estos muñecos blanditos que hacen en Sopa de Príncipe. Esta fábrica le pone a cada muñeco un último detalle único, porque siempre están terminados a mano. Además se puede elegir si querés los ojos de fieltro o de plástico. Hay versiones de muñecos más grandes o chiquitas dependiendo de lo que estés buscando. Siempre los vas a encontrar amontonaditos en cajones de fruta con cara de «rescatame». Los monstruitos que hacen están muy buenos– algunos me hacen acordar a los personajes de «La melancólica muerte de Chico Ostra» de Tim Burton– además hay títeres para los más chiquitos y ropa como gorros de animales y bufandas simpáticas. La marca empezó con figuras más femeninas y después fue ampliando el universo. Igual te tiro el tip que no hace falta ser un niño/a para caer en el deseo de tener un muñeco de Sopa de Príncipe. Pueden ser una muy buena opción para darle onda a un sillón usándolos como almohadones o para decorar un rincón de la casa mostrando tu lado lúdico.
Florencia L.
Place rating: 4 Buenos Aires, Argentina
Muñecos que tienen identidad propia, Sopa de Príncipe es un placer tanto para los más pequeños como para los adultos divertidos. Conocí Sopa de Príncipe cuando eran apenas un puestito en Plaza Serrano. Tuvieron mucha garra y se expandieron al punto que sus muñecos llegaron a la tienda del Museo Malba y luego al Moma. ¡Un lujo para cualquier emprendedor! Sus muñecos son adorables, muy tiernos y mulliditos. Los pequeñitos se abrazan de ellos y no quieren soltarlos. Los adultos que son lúdicos suelen usarlos como objetos decorativos para el hogar. Tienen ese nosequé nostálgico y sus caras de pobrecitos te dan mucha ternura. El local es muy lindo, todos ellos están en cajones de verduras donde dicen«Pollos», «Vacas» y así segun el tipo de animal. Imposible que no te saque una sonrisa. Si entras, vas a querer adoptar un nuevo amigo, aunque sea chiquitito.
Tamara K.
Place rating: 4 Buenos Aires, Argentina
Cuando entrás a «Sopa de Príncipe» querés volver a ser chiquito. Este local no es más que una fábrica nacional de muñecos terminados a mano y con diseño propio. Todo lo que hay genera ternura y despierta nostalgia. Hay muñecos y accesorios, como banderines, guarda juguetes y puffs, entre otros. Y no solo son lindos sino muy top, porque estuvieron exhibidos en el Mabla y llegaron nada más y nada menos que al MoMa. Regalarlos puede ser una buena opción para alejar a los niños de la tecnología.