Remises El Lapacho

Te amo, te odio, no me dejes.
Al vivir en Ciudad Evita, lugar en donde, por su distribución, las distancias son bastante largas y siendo ésta atravesada por una (UNA!!!) sola línea de colectivos de pésima frecuencia, las agencias de remos (remises) terminan siendo un tedioso mal necesario.
A lo largo de los años se fueron multiplicando, apareciendo y desapareciendo, sin penas ni gloria.
El patrón casi siempre es el mismo:
Abren con un par de autos.
La gente los elije.
No dan abasto.
Aumentan la flota.
Ponen el cartelito PREMIUN.
Aumentan los precios (porque PREMIUN, gordo)
La gente los manda a cagar.
Cierran.
El Lapacho es una de las pocas agencias que quedó afuera de esa ecuación estúpida. Por eso, hace años que funciona en forma ininterrumpida y con varias sucursales.
No todo son flores, más de una vez me han dejado de garpe, pero los banco por mantenerse a flote y por evitar a toda costa el cartelito PREMIUM, sin descuidar la calidad del servicio.
Para consumo local. (Tienen cargos fijos por destino)
Saludos,
I.