Los estudiantes de la FADU conocemos este puestito en planta baja, aunque casi ninguno se anima a admitir que alguna vez recurrió a sus servicios. Claro, uno se mata durante días y días cortando a trincheta cartones y varillas de madera para lograr la mejor maqueta posible y viene tu compañero con una réplica perfecta de la Ópera de Sydney en fibrofácil, con encuentros perfectos, detalles que ni el mejor pulso a mano podría realizar, y un montón de árboles y personitas a escala. Impecable. No es que ellos te hacen la maqueta entera: vos diseñás todas las piezas que va a llevar tu maqueta y las acomodás en una plantilla de 30×60cm. Cobran por plantilla, así que te conviene meter todas las piezas que puedas en una. Les entregás el diagrama en un archivo digital de vectores(DWG, Illustrator) con líneas limpias y precisas y ellos se encargan de imprimirlo en un plotter de corte. En unos días tenés tu plantilla con todas las piezas de la maqueta listas para ser encastradas. No es barato, claro, es un lujo que uno puede darse para una entrega final, si no es fan de hacer maquetas o si se quedó sin tiempo. Después estamos los enfermitos como yo, que por principios preferimos hacer todo el trabajo a mano, se tarde lo que se tarde.