Abasto 44 ha sido un lugar al cual fui muchas veces en mi vida, y tengo para decir: ¡Qué sonido de mierda! JAAJAJA De todas formas, a todos los recitales que vine acá, obviando su mal sonido, han sido buenos, porque han sido momentos de pasarla con amigos que tocaban en el lugar y fueron situaciones copes. Una cosa más para criticar del lugar es que venden cerveza CÓRDOBA, la cerveza córdoba es lo peor que me paso en la vida, y no me gusta para nada que sea la única opcion del lugar. Hace mucho que no voy, pero quizás, por el bien de todos, hayan traído, MÍNIMO, Quilmes: B A mi, en lo personal, no me disgusta demasiado estar en el lugar, salvo por el sonido y la cerveza Córdoba, tiene unas mesitas y sillas donde te podes sentar a tomar algo que no sea cerveza: B
Cezary N.
Place rating: 1 Córdoba, Argentina
Bueno, para hablar de Abasto 44 habría que contextualizar primero. Entre finales de la década del ’90 y comienzos de los 2000, la zona conocida como«El abasto» tuvo su época de gloria. Se trata de la zona donde estaba ubicado el viejo mercado, situada sobre Costanera, directamente de cara al río. En esa zona abundan galpones y locales de gran tamaño que en la época referida más arriba albergó una veintena de bares, boliches y pubs de gran variedad de estilos. Había locales alternativos, boliches gay friendly, góticos, rockers, rolinga, lo que a uno se le ocurriera. Cada posible tribu urbana tenía su lugar específico. Con el correr de los años, a partir de 2003, la movida se fue muriendo ahí y desplazándose hacia otros rumbos. La mayoría de los locales cerraron, algunos se convirtieron en bailantas y sólo quedaron funcionando Casa Babylon, 990 y Abasto 44. De los tres, Abasto 44 es el que peor suerte ha tenido. Por empezar, nunca fue el lugar con más onda, ni siquiera en la época de esplendor. Simplemente, los dueños lo han dejado como estaba sin modificarle nada. Es un galpón de paredes descascaradas y techo de chapa, helado en invierno y un horno en verano. El sonido debe ser el peor de todo Córdoba. En bebidas, sólo venden cerveza y algún que otro trago que mejor ni probar. No venden nada para comer, a excepción de algunas veces que llevan sándwiches de miga, pero nunca suficientes. Los baños, bueno, mejor paso a otro tema. Cada dos por tres lo clausuran y la única razón por la que aún sigue funcionando es porque le hacen el aguante a las bandas que recién comienzan para que toquen en vivo. Entonces, aunque parezca soprendente, la convocatoria se mantiene igual que hace diez años. Tuve la experiencia de participar como jurado en un concurso de bandas y ver cómo funcionaba en detalle. Lo recomiendo sólo para científicos sociales que estén interesados en conocer bandas formadas anteayer y para nostálgicos de la Córdoba pre-2001. Los demás, abstenerse.