Le voy a dar cinco estrellas porque hace más de diez años que compro pollo en Pollo Rap y es sencillamente exquisito. Hasta hace unos años vivía cerca y era cómodo, pero después me mudé más lejos y al tiempo volví porque ninguno de los que había cerca de mi, por entonces, casa nueva era similar. Pollo Rap está ubicado en la calle Avellaneda, es un local bastante grande en el que predomina una gigantesca parrilla repleta de pollos asándose. Es tan alta la demanda que suelen tener dos mostradores con gente armando pedidos y en los días de mucha actividad tenés que encargar con un par de horas de antelación. Al fondo está la caja, atendida por un empleado más que atiende el teléfono que no para de sonar. Sólo es para llevar, por lo que no hay mesas para comer ahí. Pero vamos a lo importante, el pollo. Delicioso. Hay tantas maneras de preferir el pollo como personas en el mundo, pero si vos lo pedís de alguna manera especial seguro que tienen uno. Yo lo prefiero jugoso, y acá siempre está perfecto. Te lo podés llevar sin nada, con chimi y/o limón y hasta podés pedir el chimi aparte. Las papas fritas merecen un párrafo aparte. Si vas temprano podés ver como limpian, pelan y cortan toneladas de papas para prepararlas para la freídora. Te las sacan justo antes de entregarte el pedido así que están siempre recién hechas, crujientes por fuera y cocinadas por dentro. Por último tienen un pan casero que es la gloria y viene en dos tamaños: grande y gigante. También venden empanadas, pero las probé hace demasiado.