Ana Bolena

Ana Bolena, un ejemplo de que la locación no lo es todo, para nada.
Acá tenemos un bar ubicado en pleno «Las Lomitas», zona que hace tiempo ya es super concurrida por todo tipo de público, pero sobre todo por jóvenes adultos por tener un par de calles con varias opciones de bares. Pero Ana Bolena falla en dos o tres cosas claves para que uno quiera volver.
El Lugar
El local es hermoso, de verdas hermoso. Una casona reconstruida con la idea de ser Bar, pero que mantuvo cosas claves, como sus árboles, que decoran la entrada y la terraza. Tiene varias opciones de ubicación, barra, mesas adentro, afuera, en la terraza, una decoración cuidada, con maderas oscuras, cuadros con fotos ByN vintage de artistas. Todo en cuanto al lugar y el local es perfecto.
La ingesta
Talón de Aquiles. Una lástima que un lugar tan lindo se opaque por una carta tan tan pobre.
Las opciones de xomer algo son el 90% a base de pescados. Las opciones de cervezas son muuuuy pocas, tienen solo tirada Heineken y dsps algunos porrones de Imperialy un par más. Como fuimos con ganas de una picadita tradicional (salame /​queso) sólo se nos antojó probar las papas con salsa alioli. La verdad estaban muy ricas, pero la sensación fue de decepción.
Más allá de esto, dos comentarios no poco importantes. El baño de hombres no tenía agua. No se sabe por que. Y por otro lado no nos ofrecieron usar unas mesas disponibles en la terraza. Cuando vi que estaban vacías, les pedí si podíamos terminar nuestras cervezas allá, y en principio me lo negaron porque decían «está todo ocupado». Dsps de ser un poquito menos cordial, revisaron que efectivamente había lugar y pudimos subir.
En resumen, solo volvería por que el lugar es lindo, y si me dijeran que ampliaron la carta de comida y bebidas. Pero hasta entonces seguiré viendo otras opciones de la zona.

Lugar muy lindo por su ambientacion y barra variada. Fuimos a tomar algo. dos pintas de heineken demoraron lo normal. Cualndo pedimos la segunda vuelta. no aparecieron mas! Muy mala atencion. Lastima. pq el lugat era uno de mis favoritos.

Lugar muy cálido, ideal para parejas o grupos chicos (si van antes de las 23hs).
Fui con mi novio hace un par de meses y con mis amigas hace más tiempo. En ambas ocasiones fui a cenar y la pasé y comí muy bien.
Se puede ir sin reserva (ir temprano), ya que mucha gente lo considera bar y llega mucho más tarde.
La comida definitivamente es un plus del lugar. No muchos restobares ofrecen opciones de restaurante. Tienen que probar los langostinos rebozados, las rabas (porción GIGANTE) y las pastas, en especial los malfatti. Los tragos están buenos, personalmente no soy amante del alcohol así que no suelo ser un buen punto de referencia.
El volcán de chocolate, increíble, le brota chocolate por todos lados.
Y ENCIMA, tiene 20% descuento con Club La Nación.
Lo único malo es que a partir de las 23hs suben (mucho) el volumen de la música y obviamente resulta molesto para la charla, así que es un factor que obliga a irse.
En conclusión, vayan (y llévenme).

Recomendado para ir a tomar algo con tu pareja, o con amigos si están en un plan tranquilo. Si tenes hambre, tw recomiendo comer antes, las porciones no te llenan ni un poco.
La carta de tragos es muy buena, y las cervezas artesanales disponible son muy ricas.

Ana Bolena es, de la zona, uno de los mejores bares a mi gusto (y así y todo le puse 3 estrellas…).
Es un lindo ambiente para ir a tomar unos tragos (prueben el trago de la casa) un viernes o un sábado a la noche. Para los días de primavera o de verano es ideal, porque tiene una terraza bastante grande y además un patio delantero en el que hay algunas mesas y sillones armados que te invitan a tomarte una cerveza muy fría y disfrutar con tus amigos. Aparte tiene una especie de jardín de invierno que es una belleza si se consigue un lugar allí.
Además de tomar algo, también se puede cenar (pizzas, bruschetas, papas fritas, ese tipo de cosas).
La música que pasan es copada: no es un lugar para bailar, o sea, es música tranquila de ambiente pero con bastante onda.
Los precios son razonables tirando a altos: son similares a los de Palermo (y no es Palermo, es Lomas).
Sin embargo, hay algo que me molesta terriblemente en ese lugar, y es que está completamente habilitado el temita de fumar en el interior. No solo nadie hace o dice nada, sino que incluso las mesas tienen ceniceros disponibles. Y si osás quejarte… bueno, ¿para qué? Así que eso es lo que más bronca me da del lugar (sobre todo habiendo un patio y una terraza amplios).
Otro tema molesto, que se está volviendo habitual en varios bares: te cobran por trago consumido en lugar de armarte una cuenta para la mesa. No sé, tendrán miedo de que la gente se valla sin pagar, pero me resulta bastante incómodo tener que andar pagando por cada cosa que consumo si estoy sentada en una mesa.
Resumiendo: lindo lugar, varias opciones de bebidas alcohólicas, buen ambiente. Nada que te vuele la cabeza, pero está bastante bien.

La ambientación es muy buena y música también. Es un buen lugar para ir con amigos o en pareja. Pedimos una tabla que tenía papas con piel, queso azul y unas bruschettas. Eso estaba muy bien pero no así el jamón cocido ni el salame. Tomamos un Cynar julep que estaba bueno pero después pedimos una caiproska de maracuyá que estaba muy aguada. En conclusión, es un lugar recomendado por el ambiente pero sin demasiadas pretenciones gastronómicas.

No soy de frecuentar Las Lomitas y buscando un bar para picar y tomar algo elegimos Ana Bolena.
El lugar es muy lindo, la ambientación, la terraza y el patio lo hacen un lugar agradable mas para un día de calor.
Pedí una picada para 2 personas, era abundante venían con unas papas rusticas que se podían acompañar con una mayonesa casera muy rica, también tenían un bruschettas de queso brie, tomates secos y albahaca que estaban muy bien, los fiambres de la picada no tanto.
Para tomar empece con un Cynar Julep que estaba bien, luego me pedí una Caipiroshka de Maracuya que no volvería a pedir.
En resumen el lugar es agradable, tanto para una cita como para ir con amigos, los precios están bien aunque algunas cosas me parecían un poco caras.
Volvería.

No soy muy fanatica de todo el polo Las Lomitas pero mi mejor amiga que vive por ahi me convencio de que fueramos a tomar algo. Pedimos vino, los precios estan bien y el lugar es muy lindo, muy buena musica también (casi todo britpop/​indie muy 2006 style) Si no hace mucho calor está bueno sentarse en las mesitas del patio. No comimos pero por lo que vi que pidieron otras mesas tenia muy pinta. Volveria.

¡Sí! ¡5 Lauritas a Ana Bolena!!!
Por empezar; la relación precio-​calidad es óptima: se come y se toma como los dioses por muy buen precio. A eso añadámosle que la ambientación del lugar y la atención es bellísima. Para ir formal o informal, de noche, para disfrutar de unos ricos tentempiés, tragos o de una buena cena.
La mano del o los barman/​s es delicadísima: lo que pidas lo hacen bien, y es de los pocos lugares donde saben hacer el Pisco Sour como se debe.
Recomiendo especialmente los hongos empanados y las bruschettas de salmón con palta y las de jamón serrano y rúcula. Son grandes y frescas. Las pizzas también son muy buenas.
De noche este lugar es mágico, porque es una cuadra muy arbolada.
La perlita del lugar, si está linda la noche: la terraza.

Una amiga se casó por civil y lo celebró en Ana Bolena, un ambiente delicado y alegre como para empezar a brindar al mediodía y seguir hasta las cinco de la tarde. En el corazón de Las Lomitas, Ana Bolena funciona como bar y restaurante en una casa estilo inglés reciclada. Me encanta cenar en verano en su terraza pero de día se lucen los sillones con mesitas en el jardín de invierno de la planta baja.
Es ideal para ir con amigos y olvidarse del reloj. Las bruschettas con salmón y palta y las de jamón crudo y rúcula son un festín. Podés arrancar con una pinta de cerveza tirada y seguir con un pisco sour porque la cocktelería del lugar es buenísima.
Las entradas son abundantes y si vas en grupo podés aprovechar a pedir varias e improvisar una picada. No te vayas sin dejar de probar los champignones rellenos… un manjar. El salón de la planta baja es muy ruidoso cuando se llena, te conviene el jardín de la entrada o la terraza, siempre que el clima te acompañe. El servicio de los camareros es agradable.