Barullo

El lugar está divino, parece el set de un programa de cris morena. El problema para mi es la carta. Los platos son carisimos, más que Palermo, y las guarniciones van aparte. Por lo que un pollito con ensalada termina cerca de los 250 pesos.
Los pescados salen bien, frescos y a punto. La ensalada viene en esas ensaladeras chiquitas de acero que me deprimen. La atención es normal pero el lugar tiene todo lo malo de Palermo y nada de lo bueno de mi conu querido.

Todavía no había escrito la reseña de barullo porque fui hace un tiempo y mi experiencia quedó medio pérdida en la nebulosa de mi cerebro, así que voy a reseñar en base a mi última experiencia que fue hace unos días.
El lugar es una cantina, muy bien ambientada y siempre esta llena de gente.
La mayoría del grupo eligió el sándwich de cordero con queso crema y salsa de limón, estaba riquisimo! El cordero estaba espectacular y la salsa lo acompañaba muy bien. La única crítica: el pan, era pan tipo miñón, muy grande y la costra muy dura, era difícil comerlo, debería venir con un pan más blandito y suave, y no tanto masacote. Venía con una porción (chica) de papas fritas que estaban muy ricas.
Tome sidra tirada, la gloria, sobre todo para estos días tan calurosos.
De postre me pedi una carrot cake y estaba sorprendentemente rica, no creó que la ofrezcan en muchos lugares en quilmes.
El mozo estuvo correcto, cuando le pedimos la. carta de postres se olvido de nosotros, pero bueno, puede pasar, hace poco tiempo tuve una experiencia tan mala en paseo del sol que perdono más estas cosas.
Reserven antes de ir que se llena al mango. Me quede con ganas de probar algún trago, volveré pronto!

Fui a comer una picada (que estaba bien) pero lo que me sorprendió gratamente fueron las cervezas artesanales, que son muy ricas. Vale la pena sentarse a probar los estilos que tienen con maní. La decoración del lugar es muy copada y la gente que atiende es buena onda.

ignaguro hace poco y su estilo llama la atencion de la zona. ya que utilizaron un estilo vintage bastante extravagante que te asombra cada momento.
no hay TANTOS platos como para elegir pero los platos son buenos. el precio es tirando a caro.
la atencion es bastante buena e incluso podes tener mani «gratis».
recomiendo el sandwich de pollo con rucula.

Barullo es una cantina. De esas que alguna vez acompañaron a nuestros abuelos.
De una fachada sencilla, con chapas a la vista como si estuviéramos en La Boca, mesas y sillas de principios del siglo XXI, y mucho BARULLO.
Esta ubicado en el Centro de Quilmes, a una cuadra de una de las plazas principales, en el último tiempo se puso «de moda» y es el lugar elegido.
Mi experiencia no fue buena, el lugar estaba colmado de gente!!! Las mozas no daban a basto.
Los precios caros, más luego de haber visto el tamaño de las porciones que no eran para nada abundantes.
De entrada pedí un «queso a la chapa», que era una «» provoleta”” que poco tenía de provoleta y para colmo me llegó quemada.
Luego pedí paella, la compartimos con mi mamá, era muy rica, pero cara para el tamaño que tenía.
Personalmente creo que no son realistas con el valor de los platos.
La variedad no es muy amplia, la mayoría de los platos son pescados y alguna que otra cosita, significa que si vas dos o tres veces probas todos los platos de tu interés.

Lugar muy bien ambientado, ideal para cenas con amigos. El personal es correcto pero no super am able. Supongo que al que no le gusta que lo sobre atiendan esto es un plus. Lo unico que si, la camarera no parecia demasiado familiarizada con el menu ni con el tamaño de los platos.
La comida es sabrosa pero pretenciosa, tanto en precio como en el tamaño de las porciones. Los platos No son para compartir.
Mi evaluacion es: un poco caro para lo que ofrecen.

Es un excelente lugar para venir con amigos. Eso si… reserva con anticipacion! La sidra tirada que ofrecen es adictiva, los cocteles quedan muy bien con la misma.
Sus platos son muy buenos y el servicio tambien.

Barullo es una cantina con una ambientación vintage. Las ventanas son chapas, las mesas son esos tubos de madera que contienen los cables de la luz. Todo vintage.
Adentro estaba todo lleno y como el día estaba lindo nos sentamos afuera en la calle. habia menú ejecutivo bastante accesible, con postre, limonada, café por menos de $ 100. La carta tiene un poco de todo, me costó decidir porque no me gusta el pescado ni el cerdo pero como estaba con una amiga amante de las milanesas pedimos la milanesa para 2.
Nos trajeron unos libritos con mortadela, estaban muy buenos y eso que no suelo comer mortadela, y un shot de sidra (!!)
Al raaaaaato llegó la milanesa, muy bien 10. Lástima que la chica que nos atendió tardó mucho en traernos los cubiertos pero bueno. Me costó terminarla pero no me iba a vencer.
La atención no me pareció buena, tenías que pedir por favor que te cobren, por favor que te traigan pan, por favor para todo pero zafaron porque me engancharon con paciencia.
Volvería a probar algún risotto que vi pasar. También vi que se puede merendar y tienen promos para eso.

Hace ya un par de meses que me habían recomendado ir, pero por h o por b, cuando mi grupo organizaba para ir, yo no podía. En consecuencia, entre las recomendaciones y el transcurso del tiempo, las expectativas que tenía eran altas. Y cumplió! Pero hasta ahí…
Vamos por partes:
El lugar, es alucinante. Hermosamente pensada la decoración, bien distribuidas las mesas. ¿Qué podes esperar en este sentido, de un lugar que «enchapó» el exterior del local? Lo que finalmente es: adentro es todo un cambalache, un rejunte de cosas antiguas, de diferentes épocas. Y está todo tan bien pensado en este sentido, que el LED 58mil pulgadas que tienen pasa prácticamente desapercibido, pero se ve de todos los rincones del salón (algo que es vital si se te ocurre ir a este lugar a ver un partido de la final de la copa América –SOLTAR– o del Mundial –SOLTARx2-​, o a River-​Guaraní). En fin, en el tema decoración y comodidad, me parece que si no es un 10, es por una cuestión de gusto personal con alguna que otra cosa, pero la rompe.
La atención: No voy a ser exagerado en ningún sentido y voy a decir que en términos generales, es buena. El trato es amable 100%, tanto de los mozos como el de (creo que era) la dueña. El único tema, es el cómo se manejan con algunas cosas, que pueden gustar más o menos, pero están planteadas así, y si no te gustan mejor busca otro lugar.
A saber:
— el tema de reservas (imprescindible si vas en grupo y más un finde, no se te ocurra ir sin reserva porque podes esperar por horas). Nosotros reservamos para un grupo de 7 para las 21. A esa hora, por x motivos, solo habían llegado 3, y la reserva, por ponerlo de alguna manera, «caducó». 15 minutos después ya estábamos los 7 y esperamos HORA Y MEDIA en la puerta, hasta que se desocupó una mesa en la que entremos todos (que, dicho sea de paso, estaba ocupada por una pareja y su hija: 3 personas en una mesa para 8). Eso si, te sirven cervecita tirada o sidra tirada (alucinante) mientras esperas, y el trato es siempre cordial.
— los cubiertos están en un cacharro en el centro de la mesa y se los acomoda cada uno, y esto, si bien a mi me parece copado y no tengo drama, provocó unos cuantos cuchicheos, no solo entre la gente que me acompañó, si no también en las mesas aledañas.
— como dije antes, la atención es buena y bastante rápida, pero los pedidos… Un poquito menos de 40 minutos tardaron en sacar lo que pedimos.
Ahora, a lo importante: La comida, el produccccto.
Como dije antes, eramos 7, y pedimos una mariscada (trucha + pesca del día –salmón, en nuestro caso-​, langostinos, mejillones, y pulpo), una tablita de frutos de mar (langostinos empanados, rabas, cornalitos, y mejillones a la provenzal), una orden más de rabas, y una orden de papas fritas a la provenzal. Todo, todo, TODO, muy rico. Sobre todo, las rabas. Mientras tanto, veíamos pasar gigantes milanesas (nos las había recomendado el mozo), y las pizzas mis acompañantes ya habían dicho que eran buenas pero que no eran la gran cosa.
Todo eso, lo acompañamos con las cervezas de la casa, que salen en pintas o medias pintas. Tienen dos variedades de rubias (muy ricas, sobre todo la cremosa), una roja (muy buena), una negra, una IPA, y una ahumada, que fuera de joda, es ALUCINANTE, igual que la SIDRA TIRADA ME VUELVO LOCO que tienen que es muy suave, y pasa como si fuera agua (ojo si van en auto, que Quilmes suele tener controles de alcoholemia).
En tema postres, son todas opciones muy clásicas, pero no decepcionan, y pedimos un poco de todo: flan con ddl, crema catalana (exquisita, vale la pena), panqueque con ddl, lemon pie. Todas las porciones (excepto el panqueque que me pareció medio chico) eran grandes. Pedimos dos tragos: un baileys frozen que viene en un copón de vino enorme y es muy dulce, y un trago de autor, que si mal no recuerdo se llamaba 449 o similar, con garnish de manzana, que estaba muy bien y era muy fresco.
¿Cuanto salió toda esta joda? Y, no fue caro. Pero… no es barato. Cerca de 1300 pesos entre todos, algo así como 190 pesos por persona. El tema es que, a grandes rasgos, comimos picada, y para comer picadas… Hay lugares mejores, y con mejores precios.
Lo recomiendo, pero… No sean giles/​gilas, aprovechen y clavense una buena milanesa Barullo (napolitana a caballo para dos personas), y ahí si vale la pena la espera, la plata, y la madre que la parió!
DATO RECONTRA IMPORTANTE PARA UnilocalERS: la contraseña del WiFi es «barullo123»
¡De nada!