Ese es el bar de mi amigo Aldo, porque él también quiere aparecer en Internet, entre risas me dijo. Aldo puso este Bar, típico de barrio pero atendido con mucha dedicación de quien conoce a sus clientes y recibe nuevos con la misma ilusión. Esta en este pedacito de calle San Nicolás, que hace las veces de cortada y donde la paz, los árboles y la amabilidad se convierte en reina, los trabajadores del lugar, no dudan en ir a pedirle cosas como nuevos platos, que les cuente del último partido o a tomar un cafecito en sus pequeña terraza bajo las sombras, y libres de ruidos. Este rincón se ha poblado de locales enfrente nuevos, donde la gene está apostando a variedad de negocios. Siempre te ofrece los periódicos a la mañana entre unas medialunas que están buenísimas, y al mediodía se llena con gente que no duda de sus platos sencillos pero bien hechos. Considero que los negocio de barrio como este, merecen una mención especial, porque no solo se convierten en consultorios de psicología práctica humana cuando te conviertes en habitué, sino que también a la hora de una cerveza en la intimidad, encuentras bajo la sombra de cualquier tarde de verano, buena atención no desnaturalizada con modernidades inútiles. Si estas por allí, acércate a lo de Aldo, y te aseguro lo convertirás en tu referente.