El Entrerrianito Parrilla y Comedor

Este restaurante sí que es una buena opción para un mediodía como el mío, del que salí del psicólogo, un sábado, porque me cambió el jueves por el sábado, insólito, pero como salí bastante mareada, entré a caminar hasta llegar a este restaurante que está a pasos de la vieja Estación de trenes central Córdoba que es una locura de hermosa, antes ya había pasado y registrado el mural de Buscatus. Así que hice unas cuadras más y me senté en una mesita a la calle por 27 de febrero, en una zona que no transito a diario.
Me comí un churrasco con papas fritas riquísimo y salió muy apunto, detesto la carne jugosa, pero esta vez no tuve que ni decirle cómo me gustaba (seguía aturdida por la sesión) así y todo, salió genial. Tomé una gaseosa y después un café y no pagué más de 150 pesos. No sé si mucho o poco, pero había hambre así que no importó.
Y el lugar tan hermoso, creo que paré por los colores. Y por el fileteado porteño de toda su fachada o tal vez porque tenía un hambre mortal ya a las 2 de la tarde. Por suerte, el mozo ni se disgustó con mi horario, es más, me dijo que todavía faltaba llegar gente a almorzar. Le pregunté cómo funcionaba el restaurante y me dijo que es un lugar donde viene gente de todos lados, pero hay una clientela fija que es de años y que siempre viene por lo mismo. «La costumbre y la buena comida», dijo. Nos reímos, pagué y seguí camino por las calles de esta ciudad hermosa.

Por calle Paraguay está El Entrerrianito Delivery. Pero por 27, se encuentra el restaurante donde te podés sentar a comer. Tienen la misma estética, pero el local de 27 es mucho más grande. También tiene espacio afuera para sentarse a comer. Está ubicado al lado de La Rueda (buscar entre mis reseñas) y los dos restaurantes conforman un foco de atención importante en esta avenida.
Fui al Entrerrianito a un cumpleaños. Como éramos diez personas pedimos un par de parrilladas. Es la especialidad de la casa. y las acompañamos con algunas ensaladas. De postre pedimos helados para todos. No había muchas otras personas en el lugar, pero creíamos que era porque todavía eran las nueve. Nosotros comimos muy bien y la atención fue buena. Lo único es que la calle 27 de febrero a la noche es muy oscura, más allá de que le local esté iluminado, no me sentaría afuera.