El Real

Cambió la cocina y el personal. Ofrecen solo tapas poco afortunadas. No me gustó…es un paso para atrás. Vuelvan!

Muy buena opción para ir almorzar en horario laboral!!! Te atienden rápido y la comida es muy naturista y liviana!!! Lo mejor para la vuelta del trabajo!!! El lugar es chico pero pintoresco y la atención es muy buena

El Real es un lugar que me cautiva por su estética y también por su propuesta gastronómica.
Es un local no muy grande, su ambientación es cálida. Una síntesis entre el comedor de una abuela coqueta, un bar super clásico y un espacio gourmet. Pisos de cerámicos antiguos, una pared de ladrillos a la vista, sillas de madera. El espacio es reducido, pero no se pierde intimidad.
La primera vez que fui, nos acomodamos en una mesita redonda, de esas de mármol con pie de hierro que son un encanto. Queríamos picar algo y seguir, así que pedimos una tortilla babé y algo más: exquisita! El punto justo. La carta es muy tentadora y nunca nos decepcionó, de hecho las recomendaciones son para el muy bien diez, felicitado.
Un detalle que me gusta: una mesa larga, alta, con banquetas, para grupos grandes o para solitarios que comparten un desayuno. Es una idea que se está viendo bastante y me parece copada. Abre la posibilidad de un poco más de interacción. Me remite a las películas románticas, donde los protagonistas se conocen desayunando de paso en un bar. Te dejo la idea, si andás buscando enamorarte, andá a desayunar a El Real. Y si no pasa nada, por lo menos desayunaste rico :)

Este restaurante muy al estilo español sorprende por la calidad en sus platos y el precio bajo de los mismos. El lugar es chiquito como para unas 25 cubiertos, muy bien ambientado, con detalles de antigüedades como sus platitos en las paredes, imágenes, tarros de masitas y jarrones, que lo hacen muy acogedor. La carta es pequeña pero la varían todo el tiempo. La tortilla española exquisita, la mejor que he probado. Los mediodías tienen menú ejecutivo por $ 70, que incluyen la bebida y el postre; una opción ideal para los oficinistas o los clientes en general que por un bajo costo pueden disfrutar de platos variados, de una excelente calidad. Hay que hacer reservas o ir temprano ya que siempre se llena. Otra opción son los desayunos, super ricos, con pan de campo, y mermeladas caseras, abren temprano (7 am), siempre que puedo voy a desayunar y a leer el diario junto a alguna mesita de la ventana. La atención es esmerada. Muy buen lugar.

El salón es chiquito y se llena rápido, y tiene el aspecto de esos cafés que se levantan humildes y fuertes sobre una calle de adoquines. Acá no hay adoquines, estamos a pocas cuadras del centro de Rosario, pero el encanto del lugar es el mismo.
Nos ofrecieron la mesa del fondo, alta y amplia, porque éramos varios, pero conscientes de que nos esperaban varias horas sentados rechazamos el ofrecimiento por no sentarnos en banquetas sin espaldar.
Nos sentamos en una mesa amplia al lado de la ventana por donde entraba una luz increíble, ya que teníamos que trabajar con apuntes. Además nos comentaron que en esa mesa llega mejor la señal de Wifi (enfrente de la ventana derecha) para conectar en la compu.
Nos tomamos un café con medialunas para acompañar una jornada laboral extensa en debates y críticas, que pudimos desarrollar gracias a la buena disposición del ambiente. No hay música fuerte lo que permite una conversación libre de interferencias y al ser un lugar pequeño, las voces de la gente no retumban. Es como si estarías en el living de tu casa.

El Real está frente al Colegio Inglés por calle Tucumán entre Mitre y Entre Ríos, y si tenés que almorzar en el centro y no sabés donde ir, acá seguro no te clavas.
Está donde supo estar durante 45 años la tintorería Comedi, uno de los detalles que llaman la atención cuando uno entra, son sus mosaicos calcáreos originales, que a pesar de sus 95 años se mantienen en excelente estado y vale la pena ser contemplados.
Es chiquito, sí, pero es precioso.
Está ambientado como un antiguo bodegón pero tiene más onda de restó boutique que otra cosa, si te gustan las antigüedades te vas a quedar embobad@ mirando todo lo que tiene en una alta estantería atrás de su barra.
La entrada al lugar está bien en el centro del local, y tiene una vidriera a cada lado, donde hay mesas.
Los mozos son agradables, suelen conocer a la gente que va y a la hora del almuerzo he visto a uno de sus dueños andar por ahí, Sebastián Nuñez.
Si vas por el desayuno, es genial cuando te traen la dulcera (no sé de donde la han sacado), pero viene con un elemento que tiene tres tarrinas de vidrio, con tres cucharas y una tiene dulce de leche, la otra mermelada y la otra queso fundido, es muy linda!!! aparte vienen las tostadas y si te animás, la medialuna infaltable!
Por la mañana abre muy temprano, a las 7am ya está abierto.
La comida a la hora del almuerzo es fresca, simple y sin pretensiones y eso la hace fantástica! todo marcha rápido (por eso se llama minutas) aunque lo que vayas a comer sea una pasta o un soufflé o una tortilla (y los precios son accesibles).
Y luego por la noche hay cenas, las cenas son más tranquilas y están hasta la una aproximadamente.
Muy recomendado!