Bueno, no todo es lindo, los murales rosarinos se vienen un poco abajo y por más triste que eso sea, hay que afrontarlo, el arte callejero tiende a ser efímero. Este mural, avejentado como está, a mí me gusta, porque la composición y los colores son llamativos, y además por la extraña escena que representa: una señorita alien que larga por la boca una suerte de masa amorfa o espíritu sonriente y empastillado, que a su vez tiene pespuntes y tijeritas que dan la idea de un recorte o la posibilidad de ello. Además, hay corazoncitos que indican que el autor podría llegar a ser un tiernito. «Hi amori»(se lee en uno de los ángulos inferiores) está firmado, pero no he podido encontrar ninguna información con respecto a esa firma. O quizás necesito un experto caligráfico que me de una mano. Dato de color: está al lado del consultorio de mi ex psicóloga :O