Zoé Lencería

Me tomé la media hora de descanso para almorzar y me di una vuelta por calle San Martín al 3300, una zona muy comercial y vi un local de lencería con una vidriera muy completa y entré porque me pareció que sus productos eran de buena calidad y los precios de vidriera también me parecieron accesibles, la empleada que me atendió fue muy amable aunque ella también estaba en su horario de almuerzo pero no dudó en atenderme con muy buena onda. Le pedí que me mostrara unos conjuntos de ropa interior y unas bombachas para nenas, que fueron tal cual había parecido, todo de una excelente calidad y con una diversidad de modelos y colores que gustaban muchísimo. Realicé una compra muy buena, con buenos precios y calidad. También noté que tenían a la venta pijamas juveniles muy bonitos en todos los talles, medias de todos los colores, inclusive para escolares, trabajan con tarjetas de crédito en planes de pago y efectivo. Lo bueno también fue que me preparó mi compra para regalo, todos individuales y con un lindo envoltorio. Fue una compra que no tenía en mente hacer, pero aproveche la oportunidad por la calidad y precios de sus artículos.

Este local es perfecto si estás buscando ropa interior o cualquier producto de lencería especializado como esos corpiños de silicona que vienen a medida, o talles especiales.
Yo entré porque andaba buscando unos corpiños con unas tazas soft más delgadas (no me gusta aparentar, soy feliz con lo que tengo jaja) que las habituales, que uso y que no hay en muchos lugares, excepto Falabella. Pero como andaba por esta zona, entré a preguntar. Tenían, pero sólo de colores fuertes y yo andaba buscando uno clarito, tipo color manteca.
De todas formas, yo porque soy muy estricta con esta forma de la taza del corpiño, pero hay de todo. La empleada me mostró por lo menos cuatro marcas diferentes y todas a un precio muy accesible. Lo que en el centro te cobran 300 pesos por un corpiño, acá seguro te sale un poquito más de la mitad de ese precio. Un lugar con muchas ofertas y una atención muy amena. La chica que me atendió quería que me pruebe los que me había separado, pero como no eran los de esa taza que yo uso, le evité el momento de usurpar el vestidor y eso.
Además, si hay algo que odio es sacarme la ropa, medirme y después no llevarme nada. En fin, un local con muchas cosas para usted, señora o señorita: medias de todo tipo, vedetinas, culotes y corpiños, saltos de cama (quién pudiera tener mil años para ponerse uno y no sentirse una momia recién levantada), etc.
Muy buenos los precios y la atención.