El olor que hay en esta tienda apenas entrás te hace olvidar todo lo malo de la vida, pero esta sucursal no te deja seguir en esa sintonía. Una atención bastante lenta, una limitada cantidad de productos(en una carta limitada) y una preparación que cualquiera espera que sea como en los otros locales de la franquicia, pero no, sanguches flojos, 3 papas de bolsa y el café, que la salva. No es la mejor opción gastronómica en el centro de Catamarca, seguiremos buscando cuál es.