Paul

Fui un domingo por la mañana a tomar un desayuno rico. Les quedaban poquísimas cosas a esa hora (cerca de las 11) y la atención estaba bastante lenta.
Compré un café americano mediano y un par de panes de chocolate chicos. Esto costó alrededor de $ 4.000, no una ganga pero dentro de lo esperable por el lugar.
El café se demoraron en prepararlo y el administrador se ofreció a prepararlo, apurando las cosas gentilmente. Lamentablemente él no es barista y el café quedo pésimo. Y lo sirvió en un vaso grande así que además quedo aguado. Cuento corto, lo dejé a la mitad.
Los panes de chocolate («pain au chocolat», rollos de masa de hoja con chocolate muy ricos, muy poco livianos) estaban perfectos.
En resumen, eviten el café americano, el resto de los productos están geniales (he probado otros antes)

Calidad sobresaliente en lo que pidas. La atención eso si podría ser más rápida, pero atienden bien.

Esta panadería/​pastelería típica francesa, ubicada en isidora goyenechea (también tienen en el parque Arauco), ha sido uno de los aciertos de este último año. Con aire francés en el look (tapices y muebles traídos desde allá) y en la comida que ofrecen, te hacen sentir en París mismo. Imperdible los macarrons (una especie de galleta dulce rellena de crema), la sopa de cebolla (me la comí en un brunch) y el pan hecho ahí mismo increíble. Recomendable para la mañana o la tarde.

Rápido, buena atención, lugar agradable para un almuerzo improvisada. A pasos de Isidoro goyenechea con precios similares a lo que hay en el sector.

La apertura reciente de PAUL en Isidora Goyenechea genera expectativas: primero, porque aún nos llama la atención en Chile (o Santiago) la panadería y pastelería francesa, en un entorno más bien habituado a la contundencia de la tradición alemana; y segundo, porque per sé este lugar es bastante conocido internacionalmente, lo que nos hace entender que llega con buenas credenciales.
Pues bien, PAUL tiene una buena carta, que satisface las necesidades y gustitos de todos los momentos del día. En mi primera visita me enfoqué en probar la pâtisserie, que es sabrosa y bastante correcta. Pero justamente en esto último radica el problema, para mi gusto, porque la pastelería si bien es rica, le falta corazón.
PAUL es una suerte de Starbucks a la francesa. No te vas a decepcionar cuando vayas, cumple, pero tampoco ofrece una experiencia única o muy boutique. Claro que no, si es una franquicia.
Mención aparte a la atención, que es algo insípida y tímida. En mi caso, ni siquiera me preguntaron si quería que mi pastelería estuviera caliente, lo que importa si llevas unos deliciosos gourmandise rellenos de chocolate.
Muy rico, pero sólo lo justifico si andas cerca.

Este Paul, al igual que el de Parque Arauco tienen una excelente ambientación pero un gran problema con la atención en la panadería y tengo mis dudas que cambien la forma de atender porque es una franquicia.
Me hace acordar un poco a la atención de Starbucks. El proceso de atención no es eficiente, porque da lo mismo hacer el pedido en caja que hacérselo a un empleado detrás del mostrador. Falla la comunicación entre ellos mismos porque cuando llego a la caja, el cajero no sabe qué es lo que pedí.
Si uno hace el pedido para sentarse a comer, van a notar cierta desorientación en los empleados porque «todos hacen todo» y se nota cuando viene uno que me trae el plato y después viene otro que me trae un cuchillo y después tengo que andar llamando a otro para que me traiga un tenedor. Fue así, en ese orden.
Sobre la panadería creo que no vale la pena discutir, es muy buena pero también un tanto sobrevalorada. En el Golf hay otra compentencia, también francesa.