Salí a caminar por calle Merced a eso de las 11 de la noche donde ya no podía entrar a algunos restaurantes porque la cocina ya estaba cerrada y los pocos bares que seguían atendiendo estaban abarrotados. Hasta que me asomé a un sucucho, un bar cutre con pinta de bar irlandés y un poco bohemio. Parecía un lugar rockero pero la música que pasaban es más del estilo FM Oasis(Aspen sería el equivalente de Buenos Aires). La verdad me esperaba algo más como The Who o Led Zeppelin y en cambio escuché Cranberries y Simply Red. Al igual que yo, había muchos hombres solos sentados tomando cerveza o vino. De vez en cuando se escuchaban conversaciones en otros idiomas ya que Bellas Artes es zona donde abundan los turistas extranjeros. Justo me senté frente a la puerta y no la pasé nada bien. Era julio, hacía un frío de cagarse y había una sola estufita en el medio del bar. Yo no era de los beneficiados por la misma. Así que me tomé una cerveza negra con la campera y bufanda puestas. No importa si el restaurante es lujoso o económico. Lo más común es que no tengan calefacción y la gente termina almorzando/cenando abrigada. Me explicaron que se debe a que el gas(importado) y la luz son caros y por eso no ponen calefactores. Este lugar era la excepción pero la misma era insuficiente. La comida zafa, pero la cerveza es mejor.
Ivonne Y.
Place rating: 3 Santiago de Chile, Chile
Hace muchos muchos años que no iba al diablito, al entrar me acordé de muchas previas, carretes, conversaciones, cerveza con una tintura verde de dudosa procedencia y alcohol barato en medio del cada dia mas caro barrio Lastarria. Los precios se mantienen bien, han agregado más cosas para comer y además agregaron esas botoneras donde puedes pedir la cuenta o que vaya el garzón a la mesa sin necesidad de mayor esfuerzo. Mi pero con este lugar es la atención, pedimos algo para comer y acompañar el vinito(que estaba bueno) pasaron muchos muchos minutos para darnos cuanta que jamás anotaron nuestro pedido en la comanda, Mucha decepción, me quede con las ganas de las papitas que ofrecíà la carta.
Sofia V.
Place rating: 3 Santiago de Chile, Chile
El Diablito es por esencia lo que se podría considerar un bar de barrio: pequeño, piola, con buenas promociones y precios convenientes. Sin duda no es el lugar para venir si buscas comer algo demasiado especial, pero es perfecto para conversar unas cervezas o unas piscolas con amigos y unas empanaditas de queso mediante. Sencillo y piola, para sentirse«como en casa».
Cristian R.
Place rating: 3 Santiago de Chile, Chile
El Dablito casi nunca falla. Siempre abierto y con cocina hasta tarde. Los sándwiches decentes, las tortillas y las pailas de pollo también. Para el dieciocho excelentes los Terremotos. La atención es generalmente buena.
Katerina W.
Place rating: 4 Santiago, Chile
The Diablito(little devil) bar has the most amazingly large picolas I have had in Chile. As the locals would say they are bien cabezona(very roughly translated means the drinks are very strong). Indeed at El Diablito the drinks are HUGE and they are not shy to fill up the liquor. The piscolas are served in beer glasses and more than half the glass is pisco. The prices are great too especially for the size of the drinks. The décor is casual and they have filled the joint with all kinds of strange antiques. The service SUCKS but that won’t stop me from going back. When I ordered lemons with my piscola the waiter just ignored me and I had to actually go up to the bar to get some. They offer a full bar and all the traditional Chilean bar munchies. One things I do love about the Diablito is that it is located in Bellas Artes and is a much more relaxed bar scene.
Frida S.
Place rating: 3 Santiago de Chile, Chile
El diablito, un lugar bellamente adornado con objetos antiguos, la vez que fui me llamó la atención una plancha a carbón que está puesta como en una repisa en la pared. En el lugar hay diversos objetos suspendidos que le dan un toque antiguo y ameno. Atendido por sus dueños el lugar da para una conversación con música ochentena de fondo y luz tenue. Me gustó muchísimo el pisco sour casero que ofrecen y un plato como chorrillana, tiene papas fritas con pollo encima, queso derretido y una salsa de yogurt con ciboulette, simplemente exquisito. Está plenamente al adulto joven para pasar un rato agradable y luego dirigirse a otro lugar. Está ubicado en pleno Barrio Lastarria.
Ana U.
Place rating: 5 Santiago de Chile, Chile
Llovía. Era una noche fría y tormentosa… sí, muy cliché, pero es cierto. Iba por el barrio Lastarria buscando algún lugar para refugiarme de la lluvia cuando encontré este bar y me llamó la atención la cantidad de movimiento que se veía. Entré y estaba lleno, aunque por suerte no tuve que esperar mucho para que se desocupara una mesa. Parece muy chico de afuera, pero adentro uno baja y baja y baja(¿al infierno tal vez?) y uno se da cuenta de que en realidad hay harto espacio. Como estudiante que siempre anda justa con la plata, me sorprendieron mucho los precios que son bastante convenientes, al menos de los mejores en los alrededores. Me atreví con un Mojito y noté la buena calidad del trago, que para nada estaba aguado, al contrario, estaba bien fuerte y venía con sus correspondientes hojas de menta. Hay que agregar que el lugar está decorado con muchos objetos antiguos que le dan un toque especial para el aire nocturno.
Goura C.
Place rating: 4 Santiago de Chile, Chile
El Diablito es uno de los bares donde la michelada es épica($ 3.500). Y es que los limones son frescos, el tabasco de otro mundo y la exacta combinación de ingredientes hacen de este trago típico una delicia al paladar. Ubicado en pleno barrio Lastarria, merced 336, este restobar cuenta con más de 30 años de experiencia. Lo pintoresco en él es la cantidad de excentricidades antiguas que se pueden encontrar en sus murallas y decoración en general, pasando por las mesas, el baño, pasillos y hasta la cocina. El lugar es pequeño pero acogedor. Dirigido especialmente para el «nuevo adulto joven» que va en busca de su famoso Pisco Sour(dicen que es el mejor de Santiago) y de las papas fritas, las cuales doy fe, son de otro mundo.