Día domingo. Lugar: Mirador del Alto Las Condes. Situación: Un mar humano buscando un lugar para almorzar. Tras dar muchas vueltas, finalmente nos decidimos por Open Café &Wine Bar, el único lugar con espacio suficiente como para respirar y almorzar a la vez. Lo bueno: excelente ambientación, con una cava de vinos a la vista y una presonalidad propia. En cuanto a la comida, la ensalada caprese estaba buena, excelente tamaño, buenos ingredientes, frescos y bien presentados. Lo mismo los jugos de frutas, sorpresivamente hechos verdaderamente de fruta, algo cada vez menos común en los restaurantes. Por último, la atención fue muy amable. Sin embargo, aún es necesario mejorar los tiempos de la atención, que estuvieron lentos pese a que el lugar no estaba cerca de estar lleno, lo que extendió 2 horas y media un almuerzo que con suerte habría durado una. Los postres aún son un tema a seguir trabajando. La tarta de manzana pese a tener buen sabor no tenía mucho cuerpo, por lo que quedaba un poco al debe.