El Thelonius, no es precisamente un lugar para ir a perder la razón, bailar como loco o comer papas fritas grasientas. El Thelonius es un lugar para agasajar a los sentidos, gracias a la música en vivo que llega ahí, y a su deliciosa y sencilla carta. Aunque el espacio es reducido, y con mucho pilares de por medio, la ambientación es delicada y acogedora, que deja disfrutar del resto de la noche sin interrupciones. Los que comunmente se presentan en el Thelonius son bandas que varían entre Jazz, Blues, música tropical de la mejor, Tango y hasta pop rock, pero de vertientes más indie. La interacción con los músicos es súper cercana, tanto que hay mesas justo al lado del improvisado escenario, que está casi a ras de piso, y la amplificación es a veces muy fuerte ya que cuando hay batería, por ejemplo, no hay distancia para que se propague el sonido natural de ésta y nos llega a todos directamente. Pero, sinceramente no es un gran problema. La carta cuanta con ricas tablas con quesos, champiñones y vacuno, aunque también hay platos sencillos pero muy bien hechos como la tortilla de verduras y el ceviche. Mucho ojo con los champiñones al pil pil, que aunque son sencillos, los hacen muy ricos aquí. En tragos hay un montón de opciones, muy clásicas todas, pero por lo general, cuando voy a Thelonius, prefiero disfrutar de una buena botella de vino.
María Paz C.
Place rating: 4 Santiago de Chile, Chile
Una vez salía de otro local y vi pasar a un señor, con el que siempre nos encontrábamos y bailábamos. Le preguntamos por algún local para seguir el mambo con mis amigos y nos respondió «El Thelonius». Y nosotros le preguntamos si de verdad estaba abierto y él nos dijo que lo acompañáramos no más. Y así fue como descubrimos que ese señor es Erwin Díaz, un reconocido hombre que le encanta la salsa, es el dueño del Thelonius y que lo abrió a esa hora sólo para nosotros. Con una barra y decoración maravillosa, ha acogido a varios centenares de músicos incluso espectáculos extranjeros, en su piano y escenario especialmente dedicado a esta música. Un local que está destinado al Jazz y a la improvisación, tal vez uno de los pocos que ha surfeado los cierres de casi todos los locales de este tipo, al nuevo surgimiento de otros espacios y se ha mantenido impávido. Con una cartelera que a veces supera los 2 espectáculos diarios, más de 200 al año es el referente obligado para los que aman este tipo de música en Santiago.
Carolina C.
Place rating: 4 Santiago de Chile, Chile
Thelonious, Lugar de Jazz, es un Pub clásico en el Barrio Bellavista, enfocado en el jazz. Es un lugar agradable, interesante y muy acogedor, tiene una barra grande y una pequeña gradería frente al escenario y un buen número de mesas para sentarse a cenar, disponen de una carta con picoteos, sanguches, platos de fondo, un par de postres y una amplia gama de tragos con Vodka, Tequila, Ron, Cachaça, Whisky, Pisco y Gin, ademas de cervezas y vinos. La oferta de artistas y bandas musicales es variada, desde jazz standard, hasta latin jazz y bebop, puedes llegar a ver a artistas destacados como Sebastián Jordán, Cristián Cuturrufo, Camila Mesa, Angel Parra Trío, entre otros, hasta bandas emergentes pertenecientes al ambiente underground del Jazz chileno. Y por supuesto no nos olvidemos de artistas internacionales con propuestas innovadoras y a veces medio descabelladas. Es un lugar ideal para una cita que incluye una buena cena y una conversación interesante mientras se disfruta de un agradable ritmo de fondo. Para tener en cuenta: hay que considerar entrada y comer no es muy barato.
Milena P.
Place rating: 5 Santiago, Chile
Em Santiago os «carretes»(nossas«baladas») começam tarde. Tardíssimo, a coisa esquenta só lá pela uma da manhã. Por isso raramente vou a clubs, prefiro as noites de filme com amigos em casa ou os bares como o Thelonius, pra escutar uma boa música. Localizado no boêmio bairro de Bellavista, é um lugar que já leva uns bons anos funcionando, e é conhecido por oferecer concertos de jazz de altíssima qualidade. O ambiente é muito acolhedor: quadros nas paredes e estantes de livros pelas esquinas. O cardápio de comida não é abundante, são puras coisas para beliscar. Mas os drinks são bastante bons. Gostei muito do pisco sour. Pros amantes de Jazz, um lugar imperdível, e com um preço de entrada bastante razoável, variando entre $ 2.000 e $ 4.000, dependendo da apresentação.