Tomás Moro

I lived just down the block from here years ago. From the pictures, it looks like TM has gone uptown on us with fancy pastries, gelato, and what not. All I remember is the great bread. From the pics, it looks like they are still doing that. There is nothing like Chilean bread. Add some good butter and, better yet, some good cheese, and you have a meal fit for a king. Perfect with some hot chocolate for «once.» (For gringos, «once» is pronounced «own-​say.» It is a Chilean tradition — a snack between lunch and dinner. They have dinner later than we do in the US.) Have always wondered why it is called once. Once means eleven. But once takes place around 5 pm or so.
The most popular of breads when we lived there was the marraqueta. You split the loaf in half and then in half again and then in half one more time. Then eat it plain (which is absolutely delicious) or add butter, cheese, jelly. Gold.
You can’t imagine the aroma when you walk into a Chilean bakery in the morning. You think coffee smells good? It does, but nothing like this. It is a simple pleasure that most gringos never get to experience.
Oops! Left out their empanadas al horno. Awesome.

Esta panadería ha sido mencionada en varios medios de comunicación como de las mejores (y a veces la mejor) de Santiago. Y esto es algo que se ha ido pasando de boca en boca, hasta tal punto de que no importa a la hora que vayan siempre, siempre, habrá cola. ¡Los fines de semana incluso llega a dar vuelta a la cuadra! Pero si nunca han ido y se mueren por probarlas no dejen que esto los aleje.
Tienen tanto público, que crearon un sistema que agiliza muchísimo el proceso y que manejan a la perfección todos los trabajadores del lugar. La cola se hace por fuera de la panadería y al llegar a una primera ventanilla se hace el pedido y se paga. En ese mismo momento se anuncia el pedido hacia el interior de la panadería y al momento de llegar a una segunda ventanilla (avanzando por la misma fila) ya tienen el pedido listo y calentito para llevar.
Es imposible que el proceso sea más rápido, porque la panadería funciona con precisión de reloj, así que si siempre ven fila es simplemente prueba de la calidad de sus productos.

Sin exagerar. Sin jugar con la hipérbole, de la cual tan enamorado estoy. Sin pasarme para la punta, puedo decir que en la panadería Tomás Moro venden las mejores empanadas que he comido en toda mi vida. Me atrevo a decir, que están entre las mejores de Santiago.
Esta es una panadería que, irónicamente, no está en la calle Tomás Moro, está en Cuarto Centenario, a pasos de la calle que lleva su nombre. Es una panadería bastante agradable, que vende un delicioso pan, que tiene una repostería muy rica y bastante fina y, su principal atracción, su ópera prima, vende unas ESQUISITAS empanadas. Por mil pesos puedes comerte una empanada que te hará subir al cielo. ¡Te recomiendo dos!
Ojo, el fin de semana se llena fuertemente. Se llena se llena, así como las revisiones técnicas cuando se está acabando marzo. La fila puede tomarte una hora o incluso más si es un día especial. Claramente, eso no es por nada. Lo vale.

Si de verdad quiere degustar las mejores empanadas de Santiago, hay que ir a esta panadería que es la mejor. Con casi 41 años de trayectoria, posee las mejores empanadas de Chile, ya que además de sabrosas, con una masa única y blanda y un pino equilibrado que no cae pesada, año a año ha sido elegida entre las 10 mejores en el ranking de Revista Wiken de El mercurio.
Pero además de empanadas, también hay variedades de panes de todas formas y para distintas ocasiones. Especiales para eventos como cumpleaños tanto de niños como de adultos. A esto se suma su pastelería, famosa en el barrio.
Hace un año aproximadamente, incursionaron con un café, muy bueno para las largas esperas y compartir junto a la familia.
Los precios son excelentes y van acordes a la calidad de sus productos. Los días se semana es muy demandada por su anhelado pan, pero el fin de semana se repleta en busca de sus exquisitas empanadas.