A Mandu fuímos una vez que necesitábamos hacer una puesta en escena en el cole de mi hijo. Como la obra era de la época Victoriana y solo era para la escenografía, en Mandu nos hicieron el gran favor de prestarnos un mini comedor rosado, que tenía todo el estilo, a cambio de repartirles a todos los papás, un flyer de su tienda. Creo que fué una negociación que nos convino a todos. A partir de ese evento, nos contaron que se les abrió todo un sistema de promoción a través de este tipo de convenios. No cabe duda, que cuando abrimos nuestra mente, los horizontes se despliegan inmensurablemente.