The Beer Company

Si la ciudad se puso «Fancy» con las joyas, la ropa y la comida de un tiempo para acá, por qué no también con la cerveza. Adoro que hayan abierto este lugar, pues para una amante de este licuado de cebada es genial poder probarlas de todo el mundo. Lo bueno de esto es que tendrás varios precios a escoger dependiendo de tu afición. Latas desde treinta y tantos hasta botellas exclusivas de ciento y cacho.
Una vez que queríamos hacer una «degustación» vimos mi hermana y yo que sería algo complicado hacerlo con vino, así que optamos por ir con unos 300 pesos y compramos 4 o 5 tipos, desde la Guiness que me encanta por lo pesada, oscura y cafetosa, una clara alemana Bitburguer, una mexicana Cucapá de saborsitos dulces como miel o algo así; y no recuerdo qué otras. No soy experta en chelas y no sé si hicimos la combinación correcta. Pero la verdad resultó muy agradable pues regresamos a casa, partimos un poco de queso y pan, y nos dimos a la tarea de repartirnos los tragos mientras combinábamos con la comida. Sin duda, es un plan que me agrada para variar lo de siempre en cuestiones de tomar esas locuras fermentadas llamadas alcoholes. Una forma de cambiar las salidas clásicas o beber una botella de algo solamente. La mezcolanza estuvo divertida y las carcajadas no faltaron.
A parte me gusta que ahora tienen más cervezas artesanales mexicanas y sea posible encontrarlas para llevar a casa y no sólo en restaurantes o bares locales.

Tienes antojo de una cerveza pero no tienes con quien tomártela o simplemente es difícil de conseguir. Pues esto ya no es un problema, pues en este lugar puedes encontrar una variedad bastante amplia de cervezas, están las artesanales, internacionales, tipo «gourmet», nacionales, etc.
Yo no soy de los que toman mucho alcohol y cuando lo llego a hacer lo hago en bajas proporciones, así que no acostumbro ir a bares muy seguido, pero de repente se me antoja tomarme una rica y fría cerveza. Y Este lugar fue una sorpresa para mi, aunque estando en Guanajuato si fui a algunos bares, un día pasé por aquí y encontré la oportunidad perfecta para tomarme una a mi gusto y sin tener que buscar una compañía.

Sí, todas las cervezas, un sólo lugar. Supongamos que tienes un muy buen amigo (puedo ser yo), y que cumplirá años, digamos, el 28 de marzo. Ya le regalaste libros. Ya le diste películas. Sabes que no hay algo que quisiera en especial. Entonces, ¿por qué no darle una cerveza artesanal, o una importada, o alguna rareza que no haya probado? Eso es lo que yo veo en The Beer Company: una oportunidad de salirse de la caja y regalar algo diferente, para compartir, para probar. Las nacionales están a buen precio, menos de 50 pesos, y hay algunas demasiado nice que están arriba de 100. La persona que está en mostrador siempre ha resuelto mis dudas. De que sabe, sabe. Yo no soy un experto, soy más bien aficionado a probar diferentes, y si la botellita se ve bien, mucho mejor. Ojo: aquí no es para tomar, es para llevar. Observa, elige, compra, y ve a presumir a tus amigos lo mucho que sabes de stouts y pale ales.

Mi mundo cambio cuando fui a una expo café-​gourmet, me detuve por alcohólica (lo reconozco) más que por curiosidad en los productos de la sección de cerveza artesanal, fue como una cachetada a guate blanco como si todo lo que había tomado hasta ese momento me lo cambiaran por placeres como el de una preparación artesanal, recuerdo que pase a todos los puestos preguntando por sus productos dándome aires de conocedora por haber tomado varias negras modelos, muchos de sus ingredientes se parecían pero sin duda ninguno era igual, con cada sorbo me daba cuenta que toda mi vida de alcohólica era nada, había estado tomando sólo las marcas reconocidas pero estas que eran artesanales nunca se me había ocurrido probar.
Saliendo de la expo empecé a degustar más y más artesanales, buscaba lugares que se encargaran de la distribución de ellas y hasta que llegue aquí lo encontré de fijo, recuerdo pensar que estaba en el cielo tienen cervezas nacionales e importadas, dulces y amargas, de temporada y de todo el año, hasta hoy, no hay una semana que no me detenga a comprar alguna en específico como es la «Chupa cabras» con sabor a café y chocolate o la «Calavera» que cada 4 meses sacan una nueva de temporada.

De jovencito le decía a mi abuelita: beber cerveza no puede ser es tan malo si lo mencionan en la biblia, muchos sorbos después me enteré que en civilizaciones tan antiguas como la Sumeria existía un estilo de cerveza que se utilizaba para las celebraciones religiosas, ¡Divino liquido!
La cerveza es, cuando menos, mi refugio, mi razón de existir, mi mejor amiga y mi primer amor, siempre estoy deseoso de ella, la busco, la sueño, la extraño, su compañía siempre agrada, imposible olvidarla, simplemente, no concibo la vida sin ella.
En pesquisas obsesivas me encontré con The Beer Company, un centro de distribución de muchísimos estilos de cerveza y, como a mí me gustan todas, pues me he dedicado a conocerlas. Le he dado cierta prioridad a las artesanales que se producen en la ciudad, el estado y el país, pero no le hago el feo a las extranjeras, por qué habría de hacerlo, si todas son creaciones de Dios.