Me gusta la fotografía y siempre procuro andar con una pequeña cámara encima por si se presenta alguna opción de sacar una buena foto. Paseando por el barrio de Santiago al atardecer había una puesta de sol con una luz increíble que se dejaba pasar entre las hojas de los árboles mientras iluminaba las hermosas casas coloniales del barrio. Era una excelente opción para sacar algunas fotos. Aún así, la cámara no quiso prenderse. Estuve intentando apagar y prender la cámara, quité mil y una veces la batería y ni modos, mi cámara es terca y no quería funcionar. Me pasó por la cabeza ir a la Plaza de la Tecnología para que me la reparasen pero fue luego cuando llegué al Paseo de la Reforma y me encontré este establecimiento donde arreglan todo tipo de cámaras. Les conté lo que me pasaba y al día siguiente mi cámara ya funcionaba como nueva.