Pollo Brujo

Pollo Brujo es el lugar perfecto para sacarte de un apuro un día que no te dio tiempo de cocinar o si llegaron visitas y no sabes que darles o simplemente te dio flojera y no vas a cocinar hoy. Obviamente por su nombre se entiende que vende pollos asados al carbón, y es que de verdad te embruja con su sabor y olor, desde que estás una esquina antes sientes el olor al carbón, es delicioso.
Los pollos los venden enteros, en medios o cuartos, los precios están moderados e incluyen cebolla, salsa y tortillas, lo que quieras extra te lo cobran aparte y también venden otras cosas para acompañar, como papas fritas (sabritas, doritos o rufles), ensalada y jalapeños.
Yo recuerdo ir a comer al restaurante que tiene ahí mismo, tiene aire acondicionado y servicio de meseros. En algunas sucursales hay una señora haciendo tortillas a mano para los que comen ahí, así que tiene sus ventajas.

Oh Pollo Brujo… desde que lo conozco me ha tenido hechizada.
No soy fan del pollo. De hecho, soy muy quisquillosa a la hora de comerlo. Sin embargo, cuando como Pollo Brujo, no dudo en gastármelo todito.
La sucursal en Francisco de Montejo está muy bien ubicada sobre la calle 42 que es la que lleva a los Cantaritos. Lo malo es que cierran como a las 4 y luego se acaban rápido los pollos.
Lo que me gusta de este lugar es que los pollos son asados y ya. No tienen grasa ni nada por el estilo. Los precios son accesibles aunque siento que cada vez salen más chiquitos los pollos.
En esta sucursal, sólo es pollo para llevar. Puedes pedir uno entero o medio. El que sea que elijas, te lo dan con tortillas, cebolla y una rica salsita roja. Me gusta que te lo sirven calientito e inmediatamente. También ahí puedes comprar aparte unas papas y refresco para completar la comida.
Les recomiendo Pollo Brujo si buscan algo rico, sencillo y rápido para llevar a casa a comer.