Hace unas semanas que descubrí esta cafetería. Debo confesar que al venir por primera vez no tuve mucha confianza, no sé pero está tan pequeñito y sencillo el lugar que dudé sobre todo de la calidad de la comida. Y es que el café está entrando por la tercera puerta del mercado, sobre Avenida de las Rosas, y no causa a mejor impresión. Aprendí que las apariencias engañan porque la verdad es que aquí se come y bebe rico, no rico no, delicioso. Venden de todo: café americano, capuchino, latte, té chai, té natural, chapatas, cuernitos, pasteles, galletas, muffins… La verdad yo soy fan de las chapatas ¡Qué delicia! Súper sanas y nutritivas(les ponen zanahoria y pepino rallado, lechuga, aguacate, jitomate, pepinillos… Mi favorita es la de jamón de pavo, con unas quedas más que satisfecho, y sólo cuestan $ 30(y están de muy buen tamaño). El café es lo máximo, lo puedes pedir de sabores; me encanta el irlandés, aunque casi siempre que vengo pido capuchino descafeinado y deslactosado, y cuesta $ 18. Si haces cuentas con $ 50 ya comiste y bebiste algo rico. Lo chicos que atienden son muy limpios y súper buena onda, hasta te dejan poner música en la compu. Algo imperdible aquí es el pastel de queso con frambuesa ¡Dios, es lo máximo! Súper cremoso, la rebanada cuesta $ 29 pero lo vale, o si traes menos presupuesto pide una rebanada de pay de limón(de galleta) cuesta $ 18 y también está muy rico. Por las mañanas toca esperar porque se les junta la gente pero vale la pena la espera, si estás cerca de la zona puedes pedir que te lo lleven.