Café Jekemir

El Jekemir tiene toda una historia en nuestra ciudad desde que abrió sus puertas por primera vez en 1938.
Aunque yo soy mucho más fan de su sucursal en el centro, el cual tiene una fachada y mobiliario mucho más modesto, el de Polanco no es tan malo.
El lugar es perfecto para los Godínez de la zona, ya que puedes degustar un buen café y uno que otro pastelito por bajo precio. Eso sí, el servicio es muy bueno y los empleados son super atentos.
Como adicta al café, amo que este lugar tiene un intenso olor a café de grano, lo que se me hace lo más tentador del mundo. La especialidad del lugar es el café turco y el americano, aunque tiene una excelente selección de esta sublime bebida.
El café es fuerte y puedes encontrar de todo tipo, incluso en grano para llevar a casa, así que te recomiendo iniciar con un americano y una rebanada de pastel de chocolate.

El Jekemir es un café que disfruto siempre más los fines de semana, ¿por qué? porque entre semana siempre lo pido para llevar, pero los fines de semana me puedo sentar a disfrutar mi café acompañado de un desayuno. Si voy en la tarde acompaño mi café americano con gran sabor con unos merengues light pero si voy en la mañana siempre me gusta pedir un pan árabe con queso o algo más.
El sabor del café y la comida se disfruta bastante, además de que algunas cosas están a la venta como por ejemplo, tienen el mejor pan árabe, sin duda nada parecido al que parece tortilla que encontramos en el supermercado, este es acolchonado y delicioso, siempre lo recomiendo acompañado de jocoque seco. El café siempre esta lleno de personas a toda hora, todos siempre se ven alegres y me encanta ir con mis amigos a pasar un buen rato.

Jekemir es uno de esos lugares que le plantan cara a las cadenas más famosas y, en mi opinión, preparan un café de calidad pocas veces vista en la Ciudad de México. Desde que pones pie dentro del lugar notas que aquí se toman el café en serio. Realmente no hay mala elección aquí, todo el café que preparan es bueno, pero claro, su especialidad es el turco y el americano.
Si andas con un poco de hambre te recomiendo un poco de jocoque aunque, de nuevo, casi cualquier platillo de la carta es buenísimo. El local es espacioso y perfecto para pasar varias horas disfrutando tus bebidas favoritas y leyendo un buen libro.
Si trabajas por la zona te invito a que al menos un día dejes de acudir a la cadena de la sirenita y le des una oportunidad a este local, verás que vale la pena.

Un intenso aroma a frescos cafetales tostados prensará tus fosas nasales y te jalará hacia dentro del inmueble. Allí el menú hará la siguiente maniobra de seducción.
Puedes comprar café de mezcla americano, italiano, francés, cubano, y árabe, dividido por nacionalidad. Por lo demás, la variedad de bebidas cumple: café saborizado con amareto, vainilla con nuez y moka; americano, expreso, lechero y latte, entre otros, además de tés y chocolate caliente.
Para comer puedes pedir jocoque, que es un compuesto lácteo de origen árabe, o una orden de berenjena, además de arroz con lentejas o con fideos, así como deliciosas empanadas de espinaca, carne, jamón con queso, carne con jocoque, entre otras delicias poco usuales.

En lo personal yo ya me cansé de estar tomando el mal café de Starbucks en todos lados y a una cuadra del de Horacio esta este oasis del medio oriente.
En Jekemir no te ofrecen sentarte en el lugar más bonito y ostentoso de la zona, pues están ocupados haciendo buen café. Cualquier tipo de café que pidas es excelente, ahí mismo muelen los granos y te lo preparan. En especial recomiendo mucho el turco.
Y si les da un poquito de hambre venden unas borrecas rellenas de queso y espinaca para chuparse los dedos o un panecito árabe con jocoque y aceitunas negras buenísimo. También venden café en grano y molido para llevar. No se conformen con mal café, no vale la pena.

Desde que pasas por este lugar, el olor a café es infalible. Así que después de la comida o al salir del trabajo tienes que venir con tus amigas para tener una buena charla mientras degustas el sabor de un café verdadero. Puedes estar en la salita que pareciera reservada para ustedes y platicar por horas sin que nadie te moleste.
El capuchino es excelente, pero si prefieres un café americano, no te decepcionarás, no es ni muy fuerte pero tampoco ligero, digamos que es la medida exacta para que lo ames.
Definitivamente es una de las mejores opciones en Polanco para tomar verdadero café dejando de lado el glamour y las apariencias, porque aquí todo lo que hay en el menú es placentero. Para los que tenemos paladar dulce, un muffin de chocolate te llevará a lugares inesperados, mientras que la empanada de espinacas con queso es lo más rico de aquí. Incluye jocoque y aceitunas negras, ¡es delicioso!
Si sólo vas de paso y pides tu café en mostrador, no te resistas a la tentación de probar los alfajores, es un orgasmo para tu boca. Ya con el simple olor del café querrás probar más de este pequeño rincón que se asoma en una esquina y te invita a visitarlo.