Panadería Progreso

La mayoría de las veces que habrá comida en casa para muchas personas, nos gusta comprar el pan –bolillos o baguettes– en panaderías más grandes en vez de nuestra panadería de siempre o un centro comercial como la Comer porque el pan suele estar recién hecho y tiene mejor sabor.
Una de las panaderías donde acostumbramos eso es la Progreso, ubicada en Tizapán, muy cerca de la biblioteca José Martí. Es una pastelería que tiene lo indispensable: pan blanco y bizcochos. Los precios no son elevados y el pan es muy sabroso. Aunque el pan dulce de ahí es, a mi gusto, un poco más azucarado, es muy bueno y tienen gran variedad para complacer varios gustos.
La mecánica de esta pastelería es, como en todas, poner en una bandeja el pan que se quiere, pasar a donde lo envuelven (se puede pedir en bolsa de papel o plástico) y ahí dan un ticket. Con ese tickent y el pan en mano, se pasa en la entrada donde está el cajero. Eso evita que la fila sea más lenta.
Normalmente el servicio es rápido y las personas se limitan a hacer su trabajo bien.
Lo mejor: los bolillos.
Consejo: me ha tocado que les falta cambio, así que es bueno llevar algunas monedas extra.