Templo del Pocito

Este recinto forma parte del circuito turístico más popular en la ciudad de México, el de la Basílica de Guadalupe y sus alrededores. Esta pequeña iglesia es una joya del barroco hispano por la majestuosidad de sus ventanales y cúpulas.
la construcción de este templo data del siglo XVIII, fue construido entre los años de 1777 a 1791 y diseñado por el arquitecto Francisco Guerrero y Torres.
La singularidad de este espacio, radica en el hecho de que fue construido sobre un pozo de aguas, consideradas como milagrosas. Según cuenta la leyenda este fue el lugar, donde ocurrió la última aparición de la Virgen de Guadalupe.
En un principio, el pozo estuvo abierto al público, por lo que muchos enfermos mantenían contacto con el agua, lo que convirtió al pozo en un foco de infección y tuvieron que restringir el acceso directo.
Actualmente el pozo solamente es accesible desde afuera, la penumbra en la que se encuentra me dificulto ver si todavía quedaba un poco de agua dentro de éste.
Un aspecto de esta iglesia que me llama mucho la atención es su forma, pues pareciera ser circular aunque es irregular, su estilo se denomina cántrica y permite que el visitante perciba el espacio poco a poco utilizando un movimiento zigzag. Las líneas multiformes utilizadas en las ventanas contribuyen a crear esta atmósfera de movimiento lento.
Un dato curioso de este lugar, es que en 1815 al insurgente José María Morelos se le permitió como última voluntad ir a orar a la Virgen de Guadalupe, antes de ser ejecutado.

Uno de los templos más populares instalado en el área del conjunto inmobiliario dentro del cual se halla la emblemática Basílica de Gudalupe. En contraste es un edificio pequeño, cuya forma cilíndrica es perfectamente moldeada por la cúpula de donde sale una torreta que sostiene un hermoso crucifijo.
Al interior te percatarás de un olor fuerte y desagradable. ¡No te confundas! Es el humor del agua estancada al interior del Pocito, elemento que da nombre popular a esta obra construida durante el siglo XVIII.
Como es usual, encontrarás además misas o gente rezando. Asientos, reclinatorios y las rudimentarias, pero imprescindibles alcancías.

Según la tradición fue el lugar donde la Virgen de Guadalupe envió a Juan Diego con las rosas que luego habrían de develar su imagen ante el Obispo de México como muestra de su voluntad. Núñez Haro y Peralta, Arzobispo, mandó a construir en 1777 el templo que ahora podemos ver en las inmediaciones de la Basílica.
Es un ejemplo perfecto del barroco novohispano. La construcción se terminó en 1791. Entrar ahi es una experiencia única, no importa sus tamaño, reducido en comparación con otras edificaciones circundantes, es remontarse al pasado, a la historia. Está construida con tezontle, aquí hay más pinturas de Miguel Cabrera, otras están en el Museo de la Basílica de Guadalupe. Es un monumento histórico de la Ciudad.