Ayer fuimos a Real de Catorce, a la hora de comer, ya que después de tanto camino, teníamos hambre, entramos en la Gorditas de Chila. Realmente, el lugar no se destaca por la sonrisa de los empleados. Las sillas y mesas son de plástico, de las que solemos instalar en los jardines. El lugar es bastante pequeño pero aun así consta de mesas grandes ideales para grupos de amigos o familia. Lo que realmente no me gustó del lugar fue que no siquiera nos dieron tiempo para decidirnos. Si exagerar entre el momento de recibir la carta y el de pedir apenas fueron 30 segundos. Punto positivo del lugar los precios baratos por algo tan turístico como el Real de Catorce. Sin embargo si unos piden enchiladas, se quedan con hambre y tienen que pedir algo más para satisfacer su hambre. En cuanto a mí, elegí un pollo al mole por 55 pesos. No logro decidirme en si efectivamente me llenó o si lo hice todo para terminarlo. No que era malo el plato sino que su mole era demasiado picoso, y eso que, a par de ser extranjero, como picante. Pues sí era picante y ya no se podía apreciar el dulce sabor del mole… En resumidas cuentas, si buscan mole rico, este no es el lugar. Habría que probar otro restaurante. Sin embargo, para menudo y tacos rojos, puede que lo encuentren correcto.