Un melón bien jugoso, naranjas de temporada y la deliciosa calidad de un mercado sobreruedas pero puesto toda la semana en una zona que está al alcance de todos. Colocado estrategicamente a pies de una de las avenidas más transitadas de la zona este de la ciudad, se encuentra un pequeño mercadillo que pareciera ambulante pero que está más que establecido, creo que es parte de la magia del lugar. Semanalmente llegan camiones con fruta para surtir, desde manzanas, camotes, patatas, platanos, ciruela –sí es que es la temporada– hasta nanche y demás cosas exóticas que muchos extrañamos de nuestras tierras sureñas. Sí no hay la fruta que buscas, ellos te la consiguen y a la siguiente semana ahí la tienen para ti. Sin embargo, como siempre lo digo cada vez que reseño esta clase de lugares, es que revisen bien su fruta y la laven antes de comerla, desinfecten de ser necesario pues nunca sabemos en que manos estuvo.