Solo tengo buenas palabras para Musical View, sinceramente. Cuento un poco qué es, porque no es un hotel. Se trata de uno de los pisos que tiene la suegra de Sandra, una mujer encantadora, al igual que su marido: personas muuuy amables y atentas que han estado pendientes de que estuviéramos a gusto y de que no nos faltara de nada. El caso es que parece que tienen varios, y creo que son de las mismas características. Donde mis amigos y yo nos alojamos era un piso muy amplio en el que, aunque solo hay una habitación, pueden dormir hasta 5 personas. Aparte de la nada desdeñable habitación, había un salón, con sofá-cama y un sillón que también se hace cama; una cocina grande con todas las comodidades imaginables; y un baño pristino, con toallas a tuti y gel y champú(Dove, para ser exactos). Pero la estrella de la casa es, sin duda, la MAGNÍFICA terraza, con tres salidas desde el salón, la cocina y la habitación, y persianas automatizadas); sillas, mesas y tumbohamacas; y unas vistas increíbles de la ciudad, pero«desde atrás»(es decir, no se ve el Oporto de las fotos, sino lo que hay detrás), y parte del mar; no obstante, no estábamos mal situados: en Boavista, cerca de la Casa de la Música, a 20 minutos del centro andando y con paradas de autobús y metro a tiro de piedra. A todo esto sumemos la plaza de aparcamiento, incluida en el precio(200 € por tres noches, y éramos 4), la razón principal por la que nos decantamos por Musical View(aunque la terraza también tuvo que ver); el Oporto y los pastelitos y saladitos que nos esperaban en la casa, como regalo de bienvenida; el wifi gratuito; y un súper a 3 minutos. En fin, lejos de casa pero como en casa. Si tienes en mente ir a Oporto, no lo dudes: Musical View. Hazme caso.