Se trata de una cadena de locales que podrían definirse como panadería-pastelería-pizzería. Digamos que están especializados en cosas con masa, vaya. Este local en concreto, en mitad de la plaza Carlos Alberto, tiene por un lado carta de pizzas –que te preparan al horno, nada de porciones recalentadas– y el resto del local es una panadería al uso, con muchísima variedad de dulce y salado, e incluso un caño de cerveza. Por supuesto, Super Bock. Los bocadillos y «aperitivos» –lo que ellos llaman salgadinho– son maravillas que te llaman desde el escaparate; de hecho, así es como me convencieron a mí para entrar. La parte en que atienden es alargada y no demasiado grande, espacio suficiente para un largo mostrador y alguna mesa alta con taburetes. Has de pasar al final de la barra para recoger tu pedido y tu cambio, pero tienen un piso arriba con algunas mesas ¡y wifi gratis! Cualquier cosa que compres puedes pedir que te la calienten un poquito y, si es pizza, te sirven en mesa.