Tres Siglos

He estado tres veces en el Tres siglos (fíjate, qué casualidad), una comida en la terraza, una comida en el salón, y una cena también en el salón, y las tres veces he elegido el menú que tienen por 13,90 €, el más barato de los cuatro y, para mí, más que suficiente.
De primero siempre elijo el revuelto de setas con gambas, porque me encanta y soy de ideas fijas. De segundo he probado el escalope de pollo, muy jugoso y rico, y los chipirones a la plancha, buenísimos.
De postre, está bastante rica la tarta de queso (aunque para mí casi todas lo están), el flan y las natillas.
Los camareros, salvo la última vez que estuve, suelen ser amables y profesionales. La última vez la camarera era bastante desastre, tanto en el trato hacia nosotros como en su eficiencia, pero no se lo tendremos demasiado en cuenta porque lo demás está bastante bien.

Dos veces he estado en este restaurante y las dos veces he comido de lujo. La segunda vez nos tocó una camarera nula, pero no quiero quitarle estrellas por eso, la verdad, porque la primera vez el camarero nos atendió muy bien.
El menú del día que me comí rondaba los 12,5 €, algo más caro que en los locales de alrededor, pero la verdad es que merece la pena. Todo lo que he comido o visto servir en el Tres Siglos tiene una pinta buenísima o, directamente, será rico. Así que, pagarás un poco de más, pero te merecerá la pena.
Si tengo que empezar a hablar de platos, que sea por las patatas revolconas. Qué plato tan sencillo y tan bueno. Creo que, de lo que he probado, es lo que más me gustó. No he probado en más sitios este plato, pero desde luego lo que me sirvieron era oro. El gazpacho también está bueno y los escalopes de pollo están tan buenos que se los comerían los mismos pollos de los que están hechos. O algo.
Tienen una terraza genial, aunque un poco pequeña, se llena enseguida. Dentro se está muy bien porque es grande como Asia entera, así que fuera estrecheces.
EL PAN. Qué pan. DIOS QUÉ PAN. Te lo sacan al principio, con la bebida, y claro, te empapuzas que da gusto y las cervezas caen cual catarata de Iguazú, pero da igual. Pedazo pan oye, de pueblo, con una miga esponjosa con más ojos que tentáculos tiene Cthulhu, y una corteza dura y crujiente. Con él, el panómetro llega a 11.
Y así, llegas al final de la comida, te pides un café y un chupito de orujo y te quieres morir de gusto.

I was a little hesitant to stop in here for lunch since it did not appear to have an English menu, but I was so hungry I stopped anyway. As it turns out, they did in fact have an English version of their menu! The menu had a great variety of appetizers, main courses, and desserts. Although it is focused more on local meats than anything else.
I got the ½ grilled chicken (½ pollo asado) and it was one of, if not the best, meal I’ve had while in Spain. It was season perfectly, juicy, and just enough food to make me full but not overfill in the hot weather.
The waitstaff were friendly but did not speak much English. That being said there is no concern here that they will get your order wrong. They are very good and very efficient at what they do.
I highly recommend stopping here for lunch or dinner if in the area!