Bodega de Méntrida

Supuestamente es uno de los locales más castizos y antiguos del barrio de Lavapiés.
Si quieres conocer la esencia arcaica del barrio o una bodega de «toda la vida», este será el sitio idóneo.
Me pregunto cuántas veces habré visitado esta bodega, y la respuesta es «no lo sé, pero más de cien veces».
Llevo años utilizando esta bodega y bastante a menudo. Es uno de los establecimientos donde compro vinos y cervezas.
Su dueño, Ángel es un ángel de verdad.
Tiene un don de gente increíble y mucha paciencia. Es amable, discreto y sumamente majo.
En cuanto a la variedad no se puede esperar mucho aunque la carta de vinos se va renovando por el distribuidor.
Seguramente te asustarás si vas por primera vez por su ambiente bastante peculiar. Pues este diminuto local con un aspecto escueto suele llenarse de la gente y trabajadores del barrio ya que además de la venta, se pueden consumir dentro sus productos, que en general son cervezas y vinos.
Y como es de suponer, aquí siempre surgen muchas conversaciones espontáneas y a veces, se habla «a gritos».
Ojo, aquí no hay tapas aunque en pocas ocasiones los clientes habituales traen aperitivos caseros y te los ofrecen!!! Recuerdo que comí allí una de las mejores tortillas de alguien, y que también les ofrecí el jamón ibérico que acababa de comprar.
Al principio tenía miedo a entrar. Sin embargo ya me he acostumbrado y me siento como una de ellos, y la verdad es que hasta los clientes me tratan genial igual que el dueño. Aquí habitualmente se invita uno a otro, así que yo también estoy cogiendo esta buena costumbre…