De los bares turcos que conozco para comer Kebabs, después del Jalo de Lavapiés, es mi segundo preferido. Queda muy cerca de mi casa y he comprado varias veces comida para llevar. Suelo cocinar todos los días, pero coincidiendo con algún partido de fútbol que echen en la tele o con las ganas de guarrear, de vez en cuando hay que comprobar que los jugos gástricos funcionan, les compro el menú número 1: Kebab + patatas + bebida = 6 euros. Si estoy generoso le añado un sumando, arroz: Menú 2 = 7,50 euros. También me he sentado en su terraza, modesta, cuando la del Pescador estaba llena. Y me resulta gratificante. Están tan próximos que se produce un crisol de culturas, una mezcla de olores, la esencia a calamar de la cocina mediterránea española se funde con el olor a cordero especiado de la turca, que me reconcilia con el mundo. No estamos tan lejos los unos de los otros. Todos somos mediterráneo.