Sigue siendo una tienda de ropa moderna para gente joven. Cuando estaba en el instituto más de la mitad de mi ropa salía de aquí. Camisetas ajustadas con dibujos tribales y de colores. Una gran selección de pantalones vaqueros. Mucha ropa de marca. Y también mucha ropa con buenas ofertas. Muchas tiendas de ropa de barrio se extinguen por culpa de la atención, a muchos no nos gustan las dependientas pesadas y a otros no les gusta que los dependientes pasen de ellos. Aquí los dependientes saben captar las indirectas. Si desde el primer momento les pides ayuda, estarán contigo en todo momento para facilitarte lo que necesites. Y si entras sin saludar, probablemente sólo se molesten en cobrarte y decirte adiós. A mí me sigue pareciendo una buena tienda que afortunadamente sobrevive aunque ya no sea mi estilo de ropa.