Pradera de San Isidro

He vivido muchos años al ladito de la Pradera de San Isidro, y la verdad es que es un parque espectacular. Un tanto montañoso, pero cuando llega la temporada de las fiestas del Santo (siempre me ha hecho gracia la forma que tenemos los madrileños de referirnos a nuestro patrón, «el Santo», como si fuera el único santo que existe en el mundo) se pone preciosa. Se llena de puestos, de entresijos y de gallinejas, de rosquillas tontas, listas y de Santa Clara. Y de conciertos, y de chulapos.
Lo mejor de la Pradera es sentarse en su césped, bajo un arbolillo y disfrutar de las vistas de Madrid. Al situarse en una colina bajo la que discurre el río, las vistas son absolutamente preciosas, y merecen muchísimo la pena. No obstante, también es un sitio genial para hacer deporte, o simplemente pasear.

Solo he visitado la Pradera en San Isidro, por lo que solo puedo hablaros del estado de esta zona ajardinada en esos días de cerveza, sol e intestinos fritos.
Dos veces he ido a la Pradera en los días de la fiesta mayor de Madrid y las dos veces se han repetido un par de detalles con escrupulosa exactitud: cantidades inhumanas de gente, mucho sol, picoteo de baja calidad y olor MUY fuerte a tripas de pollo fritas (pollo, cabra o lo que sea de lo que estén hechos los entresijos y las gallinejas). Cosa desagradable oigan, esto de los entresijos fritos, habrá quien le gusten, a mí, personalmente, me dan como repelús, y lo peor es el intenso olor a graseza frita en el ambiente.
Claro que, todo esto queda atrás con la dosis justa de cerveza fresquita que entra de maravilla tirado al sol y en buena compañía.
Hay una zona enorme de atracciones y otra zona más enorme de puesto de comidas «típicas». Y digo «típicas» y no típicas, porque los puestos de bocata de calamares y tinto de verano dejan paso a los puestos de kebab, hamburguesas, mojitos y esas cosas tan castizas de Madrid. Que el progreso es el progreso, pero llámame carca y ponme más puestos de churros, calamares y, sí, ¿por qué no? tripas fritas, que al final es lo típico.
En fin, que visitar la Pradera de San Isidro en fiestas es toda una experiencia en la que se junta lo nuevo con lo viejo y en la que los chulapos y las chulapas bailan reggaeton mientras comen gallinejas mojadas en mojito. Viva Madrid.

Me gusta mucho ir a la pradera en San Isidro. Está muy animado!!!

muy bonita para pasar un dia tranquilo

Este lugar fue retratado por Goya en uno de sus cuadros más emblemáticos sobre Madrid. Es un parque muy grande, muy cerca del río Manzanares.
Aún hoy se sigue celebrando aqui la popular romería del patrón de Madrid, San Isidro Labrador, el 15 de mayo ya que ampliaron la zona de parque hace unos años. Ese díà la tradición es ir con la familia a comer a la pradera en plan picnic con la típica tortilla de patata y de postre las rosquillas típicas de la festividad del santo. Suelen organizar conciertos para amenizar la tarde.
El resto el año, la verdad es que también es un sitio muy bonito para pasear y pasar la tarde tranquilamente en familia.

Bonito parque situado a la orilla del manzanares. Recien remodelado, y con grandes praderas para pasar la tarde.