El local está en el Club del Gourmet de Sol y es muy chiquitito. Apenas hay espacio; un par de mesas altas y la barra. La suerte es que ese día no tuvo mucha demanda y nos sentamos nada más llegar. Sólo íbamos dos y probamos tres tipos de dumplings, unos noodles y el pato crujiente. Todo delicioso y bien presentado. No es barato pero lo pagas encantado. Sé que tienen un restaurante más grande en el Centro ECI de Castellana que sin duda habrá que ir a probar.