Mi hija eligió el catering de Cal Blay para celebrar su boda y fue una decepción total, tanto por el servicio que fue pésimo, como por la cantidad de comida que fue muuuy escasa. Fue en Octubre y todavía tiene un disgusto que no se le quitará nunca ni a ella ni a la familia cercana que sabemos qué contratamos y que obtuvimos. Está claro que el que va invitado no sabe ni lo que te ha costado ni lo que has contratado por lo que su percepción puede variar, pero estamos hablando de un catering que cuesta 150 € por persona más extras. Pidió y subrayó reiteradamente que las mesas de las personas mayores o con discapacidad fueran atendidas y servidas en la mesa, mesas redondas para que no hubiera confusión, y no fueron atendidas ni de lejos. Yo misma y mi marido nos dedicamos a servir estas mesas. El aperitivo escaso y si no espabilabas no probabas bocado, pusimos dos jamones por nuestra cuenta que a los 20′ habían volado. La comida fue igualmente muuuuy escasa, además de se contrataron ciertos extras que no se tuvieron en cuenta, como por ejemplo que pusieran cubiteras en cada mesa con las bebidas, a mi me sirvieron una copa de cava cuando había pedido vino y hasta el final de la cena no volvió a aparecer el camarero. Mu hubiera gustado probar la bodega que con tanto esmero había elegido mi yerno… Y dejaron pasar mucho tiempo de un plato a otro para que de esta manera se te cerrara el estómago y comieras menos. Esto ya nos lo hicieron en la prueba de menú que entre plato y plato nos hicieron la turné por el restaurante, de modo que al volver y ya tan tarde, no tenias ganas de nada, por no contar que el 50% de los platos y el 100% de las bebidas que probamos no eran lo que luego se serviría. Luego mi marido vomitó toda la cena, creemos que por el paté que acompañaba la «muestra» de carne que sirvieron y yo también tuve nauseas el resto de la noche. Y digo muestra porque mi marido trajo un plato que seria como para una persona y de allí comimos 8 personas, a la carne que era excelente le faltaba sal y estaba fria., una pena y eso porque él se dedicó a servir la mesa que si no no probamos bocado en toda la noche. Un disgusto y una muy mala experiencia en un día que no tiene perdón y que llevaban preparando con tanta ilusión tanto tiempo. A su suegro le ha costado un disgusto aun tiene problemas de salud por ello, el sábado sin ir mas lejos tuvo que ir de urgencias, no es broma… Personalmente, precio por precio, antes me voy a la Ruscalleda que contrato a Cal Blay, no hay color… Creo que se les está yendo de las manos y que están muriendo de éxito, pero lo que les han hecho a mi hija, no tiene perdón ni lo olvidaré en la vida.