José Amable es nombre compuesto. Nada de Amable apellido, ni amable calificativo, que sí lo es el hombre, y tanto, pero que, a lo que te voy que me estás liando ya, es que su nombre es José Amable, y sus apellidos González lo que sea, y se acabó la discusión bizantina. Empiezo de nuevo. José Amable González es gerente de su cuchillería y vaciador, y, ante todo, una persona afable. Muchos como yo se preguntarán que qué es eso de vaciador. Pues es el afilador. Un vaciador es el afilador de toda la vida de cuchillos, navajas y tijeras. Un oficio de toda la vida en vías de extinción. Me cuenta José que ya no quedan vaciadores auténticos; que con él, son dos los que quedan de la vieja guardia; que los que aparecen hoy en día haciendo copias de llaves, piensan que afilar cuchillos es lo mismo, y no tiene nada que ver. Por eso, José es pesimista respecto a la profesión de vaciador: se extinguirá, igual que los mamuts.(Hablando de mamuts, un amigo mío tiene una navaja hecha con auténtico cuerno de mamut. ¡Palabra!) Y de esto José sabe un rato, ya que lleva 40 años en su tienda de la calle San José; una tienda que apenas quiere llamar la atención. No tiene afán de eso. Pero la llama. Porque por todos lados hay cuchillos, navajas y tijeras. Cientos de ellos. Sobre todo, navajas, porque las navajas, como todo en esta vida, tienen su público. Aquí encontrarás navajas de todos los tamaños, materiales y colores. Hay una muy solicitada conocida como«lengua de vaca», que ni es de vaca, ni tiene forma de lengua, ni se usa para nada referente a las vacas, sino que se usaba antaño para capar cochinos, trabajo fino ese Hacer navajas con materiales raros –como el mamut– está de moda. Pero José Amable lo tiene claro. Los coleccionistas pagan demasiado por navajas que no son buenas. Amable y sincero.