Acabamos de conocer esta finca-restaurante-casa rural-espacio para eventos gracias a un familiar que nos llevó a comer. La entrada pasa bastante desapercibida pues es un acceso inmediato desde una carretera comarcal, pero una vez dentro, es absolutamente espectacular. El Camino de entrada atraviesa una zona de viñedos verticales absolutamente impoluta hasta llegar a una pequeña explanada que hace de parking. Un gran hórreo preside el jardín frente al edificio principal. La piedra de las paredes, las vigas de madera y el suelo de pizarra rematan un conjunto increíble. Como nos habían comentado, además de casa rural, organizan eventos, principalmente bodas y no me extraña, porque tanto la parte exterior como los salones y zonas de terraza invitan a este tipo de celebraciones. Pero lo que a mi me interesa de verdad es la parte de restaurante y no he podido salir más satisfecho. Lo primero de todo es que te atiende el dueño personalmente, buen detalle. Lo segundo y más importante es que se sirve calidad. Todo lo que pedimos estaba buenísimo, perfectamente realizado y presentado. Adjunto varias fotos pero he de decir, como amante de la carne, que es el mejor solomillo de ternera que he comido hasta hoy. Esto si fue una pieza hecha al punto, ¡absolutamente jugosa y sin sangrado! El resto de platos como la carrillada de cerdo con risotto de setas, rape a la plancha o la merluza de la casa fueron absolutamente de diez. Y los postres caseros como el arroz con leche, brownie y tarta de queso remataron la comida. La broma salió por menos de 30 € por persona, lo cual me parece estupendo por lo que recibimos a cambio, y nos fuimos con ganas de repetir von amigos.