Alberto

A mi no me van a cambiar, seguiré llamando droguerías a las droguerías. No creo que ofenda nadie, pues ese es su nombre. Aunque cada vez queden menos, todavía resisten unas cuantas en la ciudad a base de ofrecer nuevos productos o de contar con una amplia gama de ellos.
Alberto es una de las droguerías de barrio que ha optado por crecer para seguir viva. En una amplia superficie ofrece los clásicos productos de cosmética, hogar, perfumería, higiene… Todo en el mismo local, de manera que puedes salir en una mano con una bolsita que contenga un delicado perfume en su interior y en la otra mano con el colorido tambor de Micolor que estaba rebajado.
Mirar el escaparate es obligatorio. Siempre hay algo que está en oferta. Siendo avispado te puedes ahorrar unos centimitos en esa gomina tan moderna o bien quedar bien regalando un perfume sofisticado a buen precio, si prestas atención a Perfumería Alberto.

Mi vida es un camino a la perdición. Si hace unos días comenté que vivía encima de un Glasol, voy y me mudo de barrio y justo enfrente de mi casa, que lo veo todos los días por la ventana, otra de mis debilidades. Una perfumería. Y de las baratas.
Esta perfumería es de las de toda la vida, pero que por motivos de mercado ha ido cambiando de nombre para adaptarse a los nuevos tiempos, lo único que no ha cambiado es la atención personalizada que ta dan cuando entras.
Yo siempre que voy, les digo que me engañan, «Ay, si te llevas esto, te regalo lo otro» Y, claro, una que es débil, cae. Y recae. Y bolsita que se lleva a casa. Y neceser…
En esta perfumería puedes encontrar desde las grandes firmas de cosmética, hasta el Micolor de toda la vida. Además de una gran gama de pinturas plásticas, en las cuales te asesoran perfectamente.
El escaparate, que renuevan de cuando en cuando, es una perdición, porque no sólo te encuentras los productos de perfumería, sino también un montón de complementos y accesorios a muy buen precio.

Lo reconozco, los centros comerciales me resultan muy antipáticos, por eso me gusta tanto toparme en cualquier barrio con una pequeña tienda especializada en su determinada rama, luchando con firmeza contra el paso del tiempo y el tremendo avance de las grandes superficies.
La droguería/​perfumería Alberto es uno de estos supervivientes. Un local cercano y familiar de atención inmejorable (de verdad, te van a tratar genial, se nota que les encanta su oficio) y (esto es muy importante, y más en estos tiempos tan puñeteros) muy muy barato.
¿Te vas a resistir? Por si todavía no estás convencido: si echas un vistazo a todas las ofertas que anuncian en su escaparate, estás perdido, seguro que ya has caído en sus redes.