Christopher Lee

Hi ha gent que l’odia, gent que al·lucina i gent que se l’estima perquè forma part de la història del Carme (va obrir l’any 1971). El que està clar és que no et va a deixar com si res. És un d’eixos llocs als que hi ha que anar encara que siga una volta. A mi, personalment, m’agrada molt anar de tant en tant. El preu dels combinats no és popular… però la veritat és que la qualitat és molt alta, tant de l’alcohol com de les fruites i sucs amb els que es preparen. Aneu, aneu, que no podreu resistir-​se a fer fotos ;)
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Hay gente que lo odia, gente que alucina y gente enamorada porque forma parte de la historia del Carmen (abrió en el 1971). Lo que está claro es que no te va a dejar como si nada. Es uno de esos sitios a los que hay que ir aunque sea una vez. A mi, personalmente, me gusta mucho ir de vez en cuando. El precio de los combinados no es popular… pero la verdad es que la calidad es muy alta, tanto del alcohol como de las frutas y zumos con los que se preparan. Id, id, que no podréis resistiros a hacer fotos ;)

La primera vez que he entrado a este local y sólo puedo decir que impacta muuucho, pues se sale de lo habitual. Hay millones de objetos antiguos, que como bien dice el dueño, son ideales para recordar. En mi caso, mi abuelo poseía una lámpara de despacho idéntica a la que hay en el sótano.
El sótano, es la zona de cócteles. Al bajar los escaloncitos, te encuentras que todas las paredes están repletas de cuadros y pósters de cine antiguo, porque como podemos obviar, Christopher Lee fue un actor muy famodo (drácula).
Pues eso, cócteles buenos y naturales.

Ya estás tardando en ir, es sin duda el mejor local de Valencia. Un pub de cocktails con una decoración ecléctica que enamora, reúné esos pequeños detalles que consiguen hacer de su ambiente un lugar único, con esencia propia que te atrapa para siempre. Por si esto no fuera poco, los cocktails que hay en la carta (a un precio inmejorable) están deliciosos, realizados con mimo y delicadeza son un auténtico placer para el paladar. La selección de música que suena en el local (escogida por Vidal, el dueño) es sublime, relajada, agradable, amena y vital; y tanto él como su esposa, son de los más amables y se preocupan hasta del mínimo detalle para que tu velada sea perfecta. En resumen, es el único local de Valencia que a día de hoy será capaz de sorprenderte :)

Igual a mi casa ^_^
Puntos para l’Agua de Valencia!

La primera vez que entré en este sitio flipé en colores. Al entrar encuentras una especie de recibidor lleno de trastos, que hace las veces de cajón de sastre. Es bastante oscuro y quieres verlo todo, así que vas mirando para todos sitios hasta llegar a unas escaleras que bajan a lo que realmente es la coctelería.
Ahí empieza lo bueno. Con una decoración bastante barroca llena de carteles de actores, lámparas, velas con música jazz y blues, es de esos sitios en los que podrías encontrarte a tu padre, con la ventaja de que entonces te pagaría el copazo.
Si quieres tomar una copa después de cenar en un lugar tranquilo, lo mejor es la coctelería Christopher Lee, mítica de Valencia desde 1971.
El barman es el típico capaz de salir de detrás de la barra para explicarte que no es que la caipirinha esté muy fuerte, es que es así, pero de todas formas si hace falta te añade un poco más de lima y hielo… Vamos, que es muy majo.
Tienen una amplia variedad de cócteles, zumos y cafés, aunque lo recomiendo para salirte de tu bebida habitual e innovar con nuevos sabores, pero he de decir que pedirte un Gin Tonic aquí también puede ser una novedad porque los preparan de muchas formas diferentes.

Me va el rollo decadente, que es lo que promete el viejuno toldo del Christopher Lee. Tras sus cristales translúcidos lo primero que encuentras es una bicicleta vieja, un maniquí y un piano destartalado. Justo lo que quería: decadencia.
Pero la sensación se disipa al bajar los escalones hacia la sala principal. Es grande, con varias alturas, llena de pequeñas mesas, como esos locales rutilantes que se abren tras sombrías sastrerías en las películas de la Ley Seca (aunque ni el mobiliario ni la clientela valenciana desprendan el glamour del Hollywood de los 40, omnipresente, eso sí, en los pósters de las paredes). El ambiente es más añejo que decadente, una puerta en el tiempo que conviene franquear cuando quieres alargar la noche paladeando bebidas y conversaciones y no buscas un subidón para irte de discoteca.
En cuanto veo los cócteles de la gente tengo que pedirme uno. Grande, colorido y decorado con montones de fruta. Vale, me tienen ganado. Que me gustará la decadencia, pero aún más la fruta fresca.

El Christopher Lee es uno de esos locales que parece que nacieron con la ciudad, y de los que tú no tenías ni idea hasta que un amigo te dice: ey, ¿no has estado nunca en uno de los pubs más antiguos de Valencia? y te entra la curiosidad, y vas.
Al llegar, te resulta extraño que hayas pasado 100 mil veces por esa calle del Carmen y que nunca te hayas dado cuenta de que está ahí. Pero es que el Crhistopher Lee es así, escondido, su fachada no te deja avidinar lo que hay en su interior. Y cuando entras, te sorprende gratamente: un local muy amplio, decorado con fotos del cine de los años 30, 40, 50… sofás muy cómodos que dan sensación de intimidad aunque el sito sea bastante grande, y un hilo musical que te puede sorprender con joyas de clásicos del jazz.
Para tomar, recomiendo los cócteles, por 7 euros tienes un combinado de calidad, sugerente a la vista y al paladar. Para salirte un poco del roncola y del vodka con limón, este sitio está genial. Eso sí, para una agradable velada charlando con tus amigos, si estás de subidón, baraja otras opciones.

Directamente voy a decir que se trata de mi local favorito en TODA la ciudad de Valencia. El amo del local, Vidal, siempre dice que este sitio no hay que anunciarlo, hay que descubrirlo, así que espero que no le importe que os hable un poco de esta pequeña maravilla. Para empezar, el trato es exquisito, te tratan con muchísima amabilidad. La decoración Vintage es preciosa, he ido con gente que no ha parado de mirar las paredes decoradas con cuadros con temática del cine de los años 40, 50 y 60’s.
Pedir una cerveza puede salir bastante caro, ir allí casi te obliga a pedir uno de sus geniales «cocktails» de casi medio litro. Estas bebidas salen por unos 7 € de media, que, no nos engañemos, es lo que nos cobrarán en cualquier sitio del Carmen por una copa «normal y corriente». Para la gente que no le gusta beber diré que existen «cocktails» sin alcohol y que vienen marcados como tal en la carta.
Debo decir, en honor a la verdad, que SIEMPRE que he ido, ha sido miércoles por la noche, que el local está prácticamente vacío, así que si se te/​os/​le/​les ocurre ir un viernes o sábado, que el local está a tope, quizá no experimentes la tranquilidad y la paz que ha hecho del Christopher Lee mi local predilecto. Aún así, creo que vale la pena pasarte y descubrirlo. Me atrevo a deciros «de nada» de antemano.