Que coma jamón en contadas ocasiones por ser semi-vegetariana no significa que no sepa donde encontrar un lugar donde los tienen y muy buenos. La situación del local, al lado de las Torres de Quart, lo convierten en un lugar de paso para todo aquel que venga a Valencia a hacer turismo. En mi familia, en especial mi padre, se mueren por un buen jamón de bellota y aquí lo puedes encontrar, junto a una selección de vinos bastante completa(hay uno que se llama mil flores que está buenísimo); con todo esto ya te haces un aperitivo de lujo. El local no es que sea muy especial, bastante oscuro y con un estilo que va perfectamente con el tipo de producto que vende. Si tienes alguna duda sobre algún producto, Nacho te asesora de todo con una gran amabilidad.
Raúl A.
Place rating: 4 Bétera, Valencia
Situado en la calle Borrull, se encuentra este espacio de alimentación dedicado a hacer las delicias del mejor gourmet posible. Es una tienda de tamaño medio que vende y ofrece productos de la más alta gama posible. La tienda parece nueva y casi se podría comer en el suelo de lo limpia que está. ¿Qué productos? Pues están especializados en jamón Lazo, y jamón de Teruel, de Trévelez, de recebo ibérico, de bellota de Salamanca y Huelva(para mí el mejor jamón del mundo se hace en esa zona), en chorizos ibéricos de Guijuelo, en salchichones de Vic(Cataluña), etc, etc, etc… La pinta de todos sus productos es excelente, dan ganas de quedarse encerrado allí y que no vayan a buscarte en meses, y luego cuando lo vuelvan a abrir, encontrarte a ti con 20 kilos más y la tienda vacía, jajajajajaj… una curiosidad, porque para ser una tienda de alto gama, en cuanto a la venta de productos magistrales de nuestra gastronomía más española, preparan por encargo, pollo al ast para los sábados, únicamente hay qe llamar antes y encargarlos… ¿Y los precios? Pues caros, claro, como no podía ser de otra forma, pero a diferencia de otros, creo que estos si que valen la pena. De verdad.
Javier R.
Place rating: 3 Valencia
La remodelación con aires de bodega de este pequeño bajo, desdice un poco la tradición como antiguo ultramarinos(o mantequería) de este colmado de productos selectos para gourmet que tiene como baza la cantidad infinita de bocados en conserva(mucha variedad). Mientras se hace cola(no hay mucha gente en realidad, pero las compras son tan imponentes que parecen requerir mucho protocolo) te asalta la curiosidad por las muchas excelencias que canta el dependiente respecto a lo que otros clientes se llevan. Aunque los precios de algunas cosas resultan privativos y decantarían sólo por las opciones más asequibles, uno se emborracha sólo de reseguir el orden de botellas de vino en los anaqueles. Hay también una gran variedad de fiambres, que son el estandarte de la tradición del establecimiento. Los domingos hacen pollos asados por encargo cuya suculencia no desluce en absoluto con la amplia gama de envasados del mostrador. El propio dependiente sugiere posibles guarniciones(desde crema de castañas hasta setas de temporada) y resulta difícil resistirse pese a que la cuenta puede llegar a ser considerable. El trato y el servicio, como cabía esperar, es muy atento y hasta ceremonioso, dado que los precios y la calidad de la mercancía parecen merecer más de una reverencia.