Este bar rezuma tradición, ¿cómo deciros? Me da que lleva ahí toda la vida y que no se ha reformado desde entonces. Fuera cuenta con una terracita con unas mesas, donde por la tarde se está de pingo al solete. Dentro, taburetes en la barra y otras cuantas mesas. El camarero es muy simpático y chistoso, majísimo. Con tu consumición te ponen un acompañamiento, lo que es de agradecer.