Cuando fui a preguntar me atendió la mujer de la foto. Con la sonrisa original, que no era diseñada por la publicidad, cuando le pregunté por los precios de las clases de boxeo, tomo un volante con figuras de lucha, lo dio vuelta y anotó mientras me explicó lentamente, los días y las horas, con respecto a la intensidad, a mi izquierda había un chico de poco porte físico que estaba sufriendo algo parecido a un castigo, o por lo menos eso transmitía con el rostro. Personalmente le deseo una vida con mucha constancia, para llegar a sus objetivos, lo bueno del deporte que te enseña un ejemplo de la vida.